El Gobierno Nacional presentó el programa "Manos a la Obra", también conocido como "Ocio Cero", que será implementado por el Servicio Penitenciario Federal (SPF) en todas las cárceles del país. El anuncio se realizó en el Complejo Penitenciario de Ezeiza y busca reducir el ocio entre los internos mediante el trabajo obligatorio, marcando un cambio de paradigma en la gestión penitenciaria.
El propósito de "Ocio Cero"
Según explicaron las autoridades, el programa establece que todos los presos deberán trabajar dentro de las cárceles realizando tareas como limpieza, mantenimiento y aseo de espacios comunes, durante un mínimo de cinco horas diarias. Este trabajo no será remunerado y tiene como objetivo, según la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, "poner fin a la cultura del ocio que genera destrucción social".
Bullrich agregó que este enfoque busca una mayor productividad de los internos y un alivio en los costos que el sistema penitenciario representa para el Estado, eliminando lo que consideró "una injusticia para los ciudadanos que pagan impuestos".
Comparación con el modelo salvadoreño
El programa ha sido comparado con el "Plan Cero Ocio" implementado en El Salvador bajo la gestión de Nayib Bukele. Si bien ambos proyectos comparten el objetivo de eliminar el ocio en las cárceles y promover la reinserción social, existen diferencias clave. En El Salvador, los internos participan en proyectos de infraestructura pública, confeccionan uniformes escolares y fabrican muebles, mientras que en Argentina, el foco inicial está en el mantenimiento interno de los establecimientos penitenciarios.
Otra diferencia importante es que, aunque en ambos casos el trabajo no es remunerado como salario, en El Salvador los presos reciben beneficios modestos dentro del sistema penitenciario. En contraste, en Argentina no se contempla ninguna compensación adicional.
Cambios legislativos en marcha
Bullrich también anunció que en 2024 se presentará un proyecto para modificar la Ley de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad, con el objetivo de reglamentar el trabajo obligatorio en las cárceles. "El que no trabaje, no recibirá un salario", subrayó la ministra, marcando una postura firme sobre la responsabilidad de los internos en contribuir al mantenimiento del sistema.
El subsecretario de Asuntos Penitenciarios, Julián Curi, destacó que el programa "Ocio Cero" es parte de una estrategia más amplia para reformar el SPF, que incluirá la revisión de su Ley Orgánica para ajustarla a las necesidades actuales. Por su parte, el director del SPF, Fernando Martínez, señaló que la implementación del programa busca corregir un esquema de subsidios que, en su opinión, desincentivaba el trabajo entre los internos.
Debate y críticas
El anuncio ha generado un intenso debate sobre los derechos de los internos y la efectividad de este modelo. Las principales críticas apuntan a la falta de remuneración y a la limitación de las actividades a tareas internas, lo que contrasta con enfoques más amplios en otros países. Además, defensores de derechos humanos han señalado que estas medidas podrían vulnerar principios fundamentales si no se regulan adecuadamente.
Si bien el programa busca fomentar la productividad y reducir costos para el Estado, su implementación plantea interrogantes sobre su impacto real en la reinserción social y el respeto por los derechos de los internos. Con este nuevo paradigma, el gobierno apuesta a una reforma penitenciaria que promete seguir siendo objeto de debate en los próximos meses.
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