Los vuelos de los aeropuertos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se ven afectados por la caída de un radar de Ezeiza. Si bien duró apenas 15 minutos, el problema aún genera demoras en las terminales aéreas en pleno pico de tráfico por el cierre del fin de semana extra largo.

Según precisaron las fuentes, el problema en el radar obligó a "operar por procedimiento", por lo que debieron espaciar los vuelos entre 8 y 10 minutos. Ante la implementación de este esquema de emergencia, se registraron demoras en distintos vuelos, tanto en los arribos como en las partidas.

"Se les dio prioridad a los aterrizajes frente a los despegues", explicaron fuentes del sector aeronáutico. Además se buscó mantener el flujo de las terminales de Aeroparque y de Ezeiza, por lo que "el aeropuerto de San Fernando seguramente fue el más afectado".

Pasadas las 18, las fuentes aseguraron que el problema ya se había solucionado. "Duró menos de 15 minutos, pero fue justo en el pico de vuelta del fin de semana largo", añadieron. Los trabajos de normalización todavía se mantenían y seguía habiendo demoras.

"Acomodar todo de vuelta lleva varias horas. Donde entraban diez aviones entran dos. Por eso las demoras ahora", puntualizaron.

El radar afectado, de marca Indra, es de origen español y cumple labores secundarias a seis kilómetros del aeropuerto Ministro Pistarini, en el oeste del Gran Buenos Aires. "Esta disrupción no suele pasar con frecuencia", concluyeron las fuentes.

Una situación similar se vivió el 17 de julio pasado. Justo en el inicio de las vacaciones de invierno, a las 9 de la mañana de ese domingo, un radar de Ezeiza dejó de enviar información sobre la ubicación exacta de las aeronaves.

Como sucedió este lunes, se espaciaron los despegues y los aterrizajes entre unos 15 y 20 minutos, utilizando grillas manuales. Hubo demoras, reprogramaciones y retrasos.

Aquella vez, el inconveniente se solucionó a las 11.30. Pero también hubo "efecto dominó" y el servicio terminó de normalizarse a primera hora de la tarde.