Mientras en Europa el proyecto de reducir las jornadas laborales empieza a organizarse a paso lento, pero cierto, en la Argentina esto todavía parece ser una opción para pocos y a futuro. Lo cierto es que ya hay propuestas con ideas concretas para avanzar en una nueva ley por la cual los empleados puedan trabajar menos horas por el mismo sueldo,
"Las propuestas que se presentaron en el Congreso plantean modificar una ley 11.544, sancionada durante la presidencia de Irigoyen, hace más de 90 años, en la que se ponía un tope en 48 horas laborales. Las modificaciones a esa antigua ley plantean establecer un tope en 40 horas. En síntesis, una probable modificación en ese sentido no generaría casi cambios, ya que por costumbre el límite de 40 horas se ha establecido de hecho", analiza Luis María Cravino, director de las certificaciones en People Analytics y Desarrollo Organizacional del ITBA.
Para este experto, el mayor debate sería si se reduce la jornada de 8 a, por ejemplo, 6 horas o bien se achica la cantidad de días laborales, pasando a que sean 4 de trabajo y generar un nuevo fin de semana de 3 días. Ese es el debate debería darse, si bien el presidente Alberto Fernández desestimó darles tratamiento durante las sesiones legislativas de este año.
"Las experiencias que se han realizado en muchos países dan como resultado que una menor cantidad de horas de trabajo incrementa la productividad laboral, mejora el compromiso y bienestar de los trabajadores y genera menor ausentismo tanto en enfermedades como en ausentismo injustificado", suma Cravino.
Trabajar menos por mismo sueldo: en Europa se aplica
"En Europa hay países que ya lo implementaron, en nuestra región aún no (por lo pronto, Colombia ya tiene ley y en Chile se dio la discusión se dio abiertamente). Hay que mirar a los que ya lo hicieron y entender si otros países que tienen culturas parecidas a nosotros lo encararon para ver cuán fácil puede ser la adopción. Claramente, el aprender de otros es clave para acelerar el proceso y asegurarnos de hacerlo e la forma más eficiente posible", dice Cecilia Giordano, CEO de la consultora Mercer.
Y agrega: "Miraría las mejores prácticas de los países que ya lo han hecho y qué repercusión ha tenido en su Producto Bruto Interno (PBI) y aprendería de ellos. Tendría en cuenta los intereses de todas las partes involucradas y como juega en pro de una Argentina que necesita generar empleo y ser sustentable".
"Hay modos de aplicar estas medidas levemente, como para tener una experiencia inicial y luego extenderlas a una mayoría. Por ejemplo, hacer un ensayo con un sector, evaluar los resultados e ir aplicando las mejores prácticas a otros. De hecho hay empresas multinacionales que lograron reducir algunas horas de su jornada laboral y las sostienen hace muchos años", cuenta Rodrigo Blanco, CEO y fundador de Aliancers.
Evidentemente instalar de golpe estas medidas pueden traer conflictos que, según este especialista, podrían suavizarse "si se implementan gradualmente por medio de un ensayo y que afecte a una muestra menor de la población económicamente activa".
Menos horas, más datos
Estos "experimentos", indica el directivo del ITBA, "se irán profundizando con el tiempo y sería muy relevante que se midan desde una perspectiva científica". Con el fenómeno en curso de la Gran Renuncia, en la que muchas personas deciden abandonar sus puestos de trabajo, es posible que nuevas propuestas ayuden a reducir esta tendencia y reaviven la motivación que parece que muchos perdieron.
"Sería muy difícil pronosticar si una menor cantidad de horas de trabajo contribuya a la generación de nuevos puestos de trabajo. En general, la generación orgánica del empleo se vincula más con condiciones macroeconómicas que microeconómicas. Sin embargo, en la economía 24x7, como es el caso de la industria de la salud, es posible que una reducción de jornada o de días laborales requiera más personal", concluye Cravino.
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