Una campaña lanzada por la OIT sobre el trabajo infantil desató en redes sociales un debate sobre los límites que se deben respetar en las tareas que niños y niñas realizan en el hogar y especialistas explicaron cuáles son las precauciones que hay que tener en cuenta para que la creación de hábitos y reglas de convivencia no se transformen en trabajo infantil intensivo.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) generó un paquete de contenidos para difundir un mensaje que sirva para "reducir lo que llamamos tolerancia social o naturalización hacia el trabajo infantil" ya que una de las causas que contribuyen a que exista esta problemática es la "percepción favorable" que considera que para muchos niños y niñas trabajar es una experiencia positiva, explicaron a Télam voceros de la OIT.
La acción del organismo internacional se dio por el Día Mundial Contra el Trabajo Infantil que se conmemora cada 12 de junio.
"Uno de los rubros del trabajo infantil es lo que llamamos tarea intensiva en el hogar, en donde los niños y niñas dejan de ir a la escuela para quedarse en casa y hacer las tareas del hogar o cuidado de los más pequeños o adultos mayores"
El pasado 21 de junio, la OIT compartió en su cuenta de Twitter una imagen en la que se ve a un niño utilizando un lavarropas junto a la inscripción "Parece ayuda. Es trabajo infantil", lo que generó controversia entre algunos usuarios y llevo al organismo a quitar la publicación.
"Hace un momento eliminamos un posteo publicado en el marco de la campaña por el Día Mundial Contra el Trabajo Infantil. Ese contenido incluía una imagen que no representaba adecuadamente el problema. La Oficina desea disculparse por esta confusión", indicó la OIT.
"Los problemas con el trabajo infantil en la vía pública o en el sector urbano son bien apreciables, y en el sector rural más todavía, pero en el caso del trabajo doméstico intensivo es más difícil que la gente entienda a qué nos referimos", señalaron desde la OIT.
Y agregaron que la imagen de la campaña se refería a una situación de trabajo doméstico intensivo, pero que no era "la adecuada" y "no representaba bien el mensaje que queríamos señalar".
Lo que puso de relieve esa situación es la problemática para identificar si las tareas domésticas que realizan niños y niñas en su propio hogar se transforman en trabajo doméstico intensivo.
"Los problemas con el trabajo infantil en la vía pública o en el sector urbano son bien apreciables, y en el sector rural más todavía, pero en el caso del trabajo doméstico intensivo es más difícil que la gente entienda a qué nos referimos"
"Uno de los rubros del trabajo infantil es lo que llamamos tarea intensiva en el hogar, en donde los niños y niñas dejan de ir a la escuela para quedarse en casa y hacer las tareas del hogar o cuidado de los más pequeños o adultos mayores", advirtió a Télam la Defensora de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, Marisa Graham.
La funcionaria destacó que es importante distinguir el trabajo intensivo de las tareas cotidianas que son reglas de convivencia familiar y de solidaridad que permiten que "entre todos se ayuden en distintas tareas del hogar".
"Un día le toca (al niño o niña) lavar los platos, otro día secar. Uno le enseña a sus hijos e hijas a realizar tareas que tienen que ver con la convivencia", dijo.
Las tareas domésticas efectuadas por niños y niñas en su propio hogar, en condiciones razonables y bajo la supervisión de adultos, son una parte integral de la vida familiar y de su desarrollo, es decir, algo positivo, según destaca la OIT.
Sin embargo, en algunos casos esas cargas de trabajo "interfieren con la educación y pueden ser excesivas, y podrían ser equivalentes al trabajo infantil".
Algunos de los riesgos más comunes que los niños o niñas enfrentan en el trabajo doméstico incluyen jornadas de trabajo largas y agotadoras, uso de químicos tóxicos, transporte de cargas pesadas, manipulación de objetos peligrosos (como cuchillos, hachas y ollas calientes), alimentación y alojamiento insuficientes e inadecuados.
En el trabajo doméstico intensivo hay una "afectación de la educación del niño o niña en primer término y luego de su salud", señaló la OIT.
"Es importante que haya lugares de cuidado en donde las familias puedan ir tranquilos a trabajar sabiendo que sus niños y niñas están bien cuidados en un lugar, además de la escuela"
Graham indicó que el tema de la explotación laboral infantil se debe abordar desde un punto de vista que no culpabilice a las familias que se ven obligadas a trabajar y dejar a sus hijos e hijas a cargo de sus hermanos o de los quehaceres domésticos.
También remarcó que no se debe ignorar la connotación de género que se presenta en estas situaciones, donde por lo general quienes realizan las tareas de cuidados en el hogar son las niñas.
Según detalla Unicef, las niñas están en una situación de invisibilidad realizando trabajo doméstico, muchas veces en condiciones de violencia o amenaza.
De acuerdo al último documento estadístico producido por el Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la Universidad Católica Argentina (UCA), el trabajo infantil en actividades domésticas intensivas y actividades económicas afecta al 15% de la población entre los 5 y 17 años en la Argentina.
El informe precisa que el 6,9% de niños y adolescentes realizan trabajo doméstico intensivo de manera habitual como limpiar, lavar, planchar, cocinar, realizar las compras y cuidar de los hermanos, con una predominancia de niñas y adolescentes mujeres en esas actividades.
Para Graham el trabajo infantil es un tema que se resuelve "con la ley que lo prohíbe", pero también "castigando o penalizando a las empresas que contratan mano de obra infantil por ser explotación laboral que está prohibida y penalizada".
En ese sentido, destacó que es importante tener en cuenta las cuestiones estructurales del mercado laboral como la falta de trabajo de las personas adultas o las malas remuneraciones, como así también la creación de más lugares de cuidados en empresas, universidades y dentro de los barrios.
El término trabajo infantil se refiere a cualquier trabajo que es física, mental, social o moralmente perjudicial para el niño, que afecta su escolaridad y le impide jugar.
En la Argentina el trabajo de menores de 16 años está prohibido por ley, señaló la OIT.
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