Las elecciones provinciales del próximo domingo implican un desafío para los 1015 candidatos que se presentan para ocupar un cargo en alguno de los cuatro estamentos en disputa (Gobernador, Intendente, Legisladores y Concejales) pero también constituyen, sin dudas, una aventura para los 136.562 electores en condiciones de votar.
Los fueguinos ingresaremos a alguno de los 50 establecimientos habilitados para la votación, y buscaremos nuestra mesa entre las 459 disponibles.
Para llegar al colegio y a la mesa correcta, primero hay que consultar el padrón definitivo en https://eleccionestdf.justierradelfuego.gov.ar/ y llevar el documento de identidad que figura en el padrón o uno posterior. Incluso se puede llevar el DNI tarjeta que tiene la leyenda “no válido para votar”, que igual será aceptado.
Si a esta altura no se figura en el padrón: ya es tarde. Hay que esperar el día de los comicios y justificar la no emisión del voto.
Superado el trámite de presentación del documento, y ya con un sobre abierto y una lapicera en la mano (que deberá proveer el presidente/a de mesa) el elector podrá ingresar al cuarto oscuro, que según la escuela ocupará un aula completa o la mitad, separada por una estructura que asegure el secreto del voto.
Lo primero que hay que hacer es no desesperar: en los cuartos oscuros de Ushuaia habrá 73 boletas para elegir, y en Río Grande 77. Eso no debe enloquecernos si somos personas metódicas y estamos concentrados.
El primer dato clave es que nuestro voto se compone de cuatro boletas distintas, y la gran ayuda es que cada una de esas boletas tiene un color diferente: celeste para gobernador, verde para intendente, blanco para legisladores y amarillo para concejales.
Por lo tanto, una forma de “ordenar el voto” y no confundirse es ir “estación por estación”, es decir, color por color. De este modo, hay que elegir una boleta entre las celestes (que incluirá un candidato a gobernador y uno a vice), una entre las verdes (que incluirá un candidato a intendente y son las únicas con fotos) una entre las blancas (con 15 nombres de legisladores más los suplentes) y una entre las amarillas (con 7 nombres de concejales -9 si es en Río Grande- más los suplentes).
Qué boleta elegir de cada uno de los colores no es incumbencia de esta nota, pero sí se puede agregar que el elector se va a encontrar con boletas distintas de un mismo color donde figuran los mismos candidatos. No se asusten. Son las listas colectoras. Lo importante es mantenerse firme en la idea de tomar una sola boleta de cada color. Por más entusiasmo que nos produzca un candidato, no hace falta poner más de una boleta con su nombre, porque el voto será nulo.
Muy bien. Una vez recolectadas las cuatro boletas (una de cada color) entre las 73 o 77 que habrá distribuidas en las mesas, nos queda hacer uso de los sistemas de “tachas”, habilitado únicamente en la categoría legisladores provinciales, y de “preferencias” únicamente habilitado para el estamento concejales de Ushuaia. Está claro que ello no es obligatorio. Si usted no tacha o no prefiere, se entenderá que votó por la lista en el orden original. En ese caso, solo queda meter las cuatro boletas en el sobre, cerrarlo y salir del cuarto oscuro para introducirlo en la urna, antes de tomar de nuevo el DNI que le entregarán en la mesa.
En Río Grande rige el sistema de lista sábana, por lo tanto el elector no está facultado a modificar el orden original de la lista de candidatos a concejales del partido al que decide votar.
Tachas y preferencias
El sistema de “tachas” se utiliza para el estamento de legisladores, o sea para las listas de color blanco.
El sistema de “preferencias” se usa para el estamento de concejales de Ushuaia, o sea para las listas de color amarillo.
Dicho esto, resta recomendar no tachar ni preferir en las boletas celestes o verdes, porque ello no tendrá la menor utilidad, aunque también podría no ser útil tachar o preferir en las blancas y en las amarillas, pero eso es un tema aparte.
Volvamos al punto. Usted tiene frente suyo la lista blanca de legisladores que previamente eligió. Con la lapicera que le dieron al entrar, puede “tachar” el apellido del candidato de la lista elegida que no sea de su agrado. Puede tachar todos menos uno, porque si tacha todos, se computará como un voto a la lista completa.
Para que el o los candidatos tachados, pasen al final de la lista, deberá reunirse el 50% de tachas entre los votos de esa lista, algo improbable pero así es el sistema.
Supongamos que usted ya tachó en la lista blanca. Ahora quiere preferir en la amarilla. En este caso (contrario del anterior) usted estará ayudando a que ese candidato preferido suba en la lista. La preferencia se expresa con una cruz o una tilde en el cuadradito ubicado al lado del apellido del candidato. Lo mismo que para las tachas, se puede preferir a todos menos a uno, porque si no será un voto a la lista original. Las preferencias se “disparan” (es decir, tienen efecto) si se logra el 15% de preferencias entre los votos a esa lista. Si más de un candidato pasa el 15%, la lista se ordena en orden decreciente de preferencias por género. O sea el más preferido, primero, luego el segundo, y así sucesivamente .
Finalizada la utilización de la lapicera, usted introduce las cuatro boletas en el sobre, lo cierra, sale del cuarto oscuro y vota.
Así de simple.
Fuente EDFM
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