La crisis humanitaria que desató la aparición del coronavirus parece no tener fin. Es que no sólo la población mundial teme por la expansión del virus, sino que los mercados sienten desde su aparición misma los efectos del ahora llamado COVID-19.
A tal punto esto ha paralizado la industria china en general, que el país asiático, en donde comenzó a propagarse el virus a fines de 2019, ya comunicó, a través de sus representantes en Comercio Exterior, que no podrá hacer frente a los compromisos de abastecimiento asumidos.
Directamente perjudicadas por estas políticas se encuentran las fábricas radicadas en el polo industrial fueguino, que tiene al gigante asiático como principal proveedor de los insumos importados que utiliza.
Los temores de las industrias fabriles comenzaron a materializarse con la aparición de las primeras firmas con síntomas de desabastecimiento, como es el caso de Brightstar.
Fuentes de la compañía confirmaron hoy a representantes de la UOM que por la falta de insumos chinos solo podrán mantener el nivel de producción por unos pocos días más. Esto, hizo que ya se hable de posibles suspensiones en caso de que prosiga el bloqueo a las exportaciones chinas.
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