El viaje de tres ministros del gobierno de Alberto Fernández a la Antártida generó malestar en Chile. Acompañado por sus pares de Ciencia, Daniel Filmus, y de Salud, Carla Vizotti, el ministro de Defensa, Jorge Taiana, ratificó en la Base Marambio los derechos argentinos sobre un sector del continente blanco, cuya traza cartográfica se superpone con los reclamos históricos del país vecino.
La contundente reafirmación provocó la reacción de la oposición del gobierno de Gabriel Boric, que tiene mayoría en el Senado y podría forzar una queja formal de la Cancillería de ese país.
La visita tuvo como finalidad la reunión de un organismo científico en Marambio, la única base argentina con pista de aterrizaje para aviones de transporte de carga y de pasajeros. Pero la presencia militar y el mensaje del ministro Taiana, quien definió a la Argentina como “un país bicontinental” y reafirmó los derechos de soberanía, congelados a nivel internacional por el Tratado Antártico, suscitaron reacciones.
“El Tratado Antártico tiene expresamente congeladas las aspiraciones territoriales soberanas de todos los países, y las palabras del ministro de Defensa siembran desconfianza, dudas y rechazo en nuestro país, en lo que solo puede calificarse como una actitud provocadora e innecesariamente irresponsable”, dijo a LA NACION el jefe de la bancada de senadores del partido Unión Demócrata Independiente (UDI), Iván Moreira, quien además integra la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
El legislador chileno, que pertenece a la oposición, anticipó que como miembro de la citada comisión pedirá a la Cancillería de su país que “eleve una nota de protesta formal contra esta actuación del gobierno argentino, que viene a aumentar las diferencias que mantenemos”.
La tensión se produce luego del fortalecimiento de los controles de vigilancia en el Atlántico Sur por parte del gobierno argentino, mediante la creación del Comando Conjunto Marítimo, destinado entre otras funciones a prevenir la pesca ilegal en el litoral marítimo y proteger la Zona Económica Exclusiva, a lo que se suma el desarrollo de un plan de radarización.
A fines de julio, a través de un radar instalado en Cabo Domingo, en la provincia de Tierra del Fuego, el Comando Conjunto de Vigilancia Aeroespacial detectó cinco vuelos irregulares que se dirigían a Malvinas y habían partido desde Chile.
Taiana estuvo acompañado en la Base Marambio por el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, teniente general Juan Martín Paleo, dato que tampoco arrojó señales positivas en el vecino país. También integró la delegación la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, una de las funcionarias de mayor confianza del presidente Alberto Fernández.
“La visita del ministro de Defensa y el jefe militar, con la intención explícita de remarcar la supuesta soberanía argentina en el territorio antártico, es una señal preocupante. En especial cuando el motivo formal era una reunión científica que, finalmente, quedó en segundo plano”, detalló el senador Moreira.
“Las buenas relaciones se construyen con hechos, no con provocaciones. Seamos prudentes en lo que se dice, dado que estos temas son sensibles para ambos países”, observó el legislador, en declaraciones a LA NACION.
Inversiones y prioridades
Junto a Taiana, Filmus anunció inversiones en la Antártida por más de $1000 millones para la construcción de tres laboratorios, destinados a fortalecer el trabajo científico.
Para el gobierno argentino, la presencia científica en la Antártida, que comenzó en 1904, reivindica la soberanía sobre el sector del continente blanco pretendido históricamente.
En su reciente visita a la Cámara de Diputados, Taiana ratificó la orientación de la política militar “hacia el sur” y la intención de fortalecer la presencia en la Antártida, a partir de la reapertura de la base permanente Petrel, tras el incendio que había sufrido en 1977. A ello se suma la construcción de la nueva Base Naval Integrada en Ushuaia, que “posiciona a la Argentina en una amplia proyección hacia el continente blanco”.
La Argentina y Chile son dos de los siete países que reclaman territorios en la Antártida, junto con el Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, Noruega y Francia.
Ante una consulta de LA NACION, el presidente de la Liga Naval Argentina, perito naval Fernando Morales, reveló que otro punto de fricción fue la “oficialización de un mapa de la República Argentina en el que se da por sentada la soberanía sobre el sector antártico., lo que acentuó el malestar en Chile”.
Morales estimó que “más allá de las ocasionales tensiones de baja intensidad con la República de Chile, lo que comienza a quedar un tanto anacrónico es la persistencia de que no hay hipótesis de conflicto, algo que solo existe en un ideario totalmente alejado a la realidad regional y mundial”.
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