Los interesados tienen tiempo de acercarse hasta el 12 de marzo, a San Martín 1052, para inscribirse y consultar las bases del concurso. “Todo aquel que tenga un chulengo y quiera participar se puede acercar al Centro Cultural e inscribirse”, expresó el concejal Juan Carlos Pino, fundador del espacio. “Se va a proveer de los 5 kilogramos de carne y del carbón. Lo único que tiene que traer el concursante es el chulengo”, agregó.
El evento está previsto para el 14 de marzo. La competencia se desarrollará a partir de las 15 horas. Durante la jornada habrá varios espectáculos musicales como el del solista Patricio “El Potro” Apaza. También se sumarán grupos de danza.
El encuentro, que espera convertirse en una verdadera fiesta popular, culminará alrededor de las 20 horas de ese mismo día cuando el jurado determine los ganadores.
Reseña sobre el chulengo
El chulengo es una parrilla fabricada con un tambor grande de aceite de 200 litros que se encuentra fácilmente en las estaciones de servicio, lubricentos y talleres mecánicos. A este tambor que esta partido a la mitad, se le instala dentro la parrilla donde se colocara la carne para la cocción y con la otra mitad se hace la tapa que lleva una pequeña tobera o chimenea para que respire y largue el humo del asado. Con el tiempo se le han incorporado ruedas para ser transportado, ladrillos refractarios, mesadas para cortar la carne y otros accesorios que han potenciado las virtudes del chulengo.
Este invento surge hace varias décadas en la Patagonia, donde los obreros del carbón debieron crear un artefacto que les permita disfrutar de buenos asados pero atendiendo a las inclemencias del tiempo, poderosos vientos o torrentosas tormentas de nieve que lograban derribar las parrillas tradicionales erigidas en el suelo.
Es en la Patagonia donde adquiere el nombre de chulengo porque su aspecto resultaba similar al de la cría del guanaco en su primer año de vida. Nace como respuesta a necesidades concretas de trabajadores que debían adaptarse a unas condiciones climáticas realmente desastrosas y con el tiempo fue transformándose en el medio más seguro para asar la carne. Más tarde, los trabajadores de los pozos petroleros fueron llevando las parrillas de tambor a sus hogares y así fue difundiéndose una técnica a lo largo y a lo ancho del territorio argentino.
Muchos asadores expertos comentan que el chulengo tiene grandes condiciones para mantener el calor y producto de esto, es que pueden prepararse asados muy rápido. Es por eso que numerosos aficionados se deciden por utilizarlo y luego de probarlos no vuelven a utilizar la parrilla tradicional en sus hogares.
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