
El 12 de enero de 1917, el Gobierno Nacional autorizó la constitución de la Compañía Frigorífica Argentina de Tierra del Fuego, integrada por destacados estancieros de la región norte de la isla, entre ellos los grupos Menéndez Behety, Braun, Bridges y Reynolds. Este emprendimiento marcó un hito en el desarrollo económico y social de Río Grande, impulsando la industria ganadera y la exportación de productos cárnicos.
Las instalaciones del frigorífico, ubicadas a orillas del río Grande, incluían un muelle y una línea férrea que facilitaban el transporte de mercancías. La primera faena se realizó el 9 de febrero de 1918, y en mayo de ese mismo año se efectuó el primer embarque de carne congelada con destino a Inglaterra, alcanzando una excelente calificación en el mercado europeo. Durante sus años de funcionamiento, se procesaron aproximadamente 5.300.000 animales, consolidando al frigorífico como un pilar de la economía fueguina.
En 1940, la Corporación Argentina de Productores de Carnes (CAP) adquirió el establecimiento, continuando con las operaciones hasta la década de 1980. Posteriormente, las instalaciones fueron declaradas Monumento Histórico Nacional por Decreto Nº 64 el 29 de enero de 1999, reconociendo su valor patrimonial y cultural.
Sin embargo, el paso del tiempo, la falta de mantenimiento y una serie de incendios llevaron al deterioro y destrucción de gran parte del frigorífico. El 28 de septiembre de 2012, un incendio consumió una de las naves históricas. Menos de un año después, el 25 de octubre de 2013, otro siniestro de mayor magnitud arrasó con las tres naves principales, el museo y el salón de eventos, desmoronando un símbolo vital de la historia local. A pesar de los esfuerzos de los bomberos, las llamas, avivadas por fuertes vientos, consumieron las estructuras que aún permanecían en pie.
En años posteriores, las ruinas del frigorífico continuaron siendo víctimas de incendios y actos de vandalismo, reflejando la desidia y el abandono de un patrimonio que alguna vez fue sinónimo de progreso y prosperidad para Río Grande. Hoy, a 108 años de su creación, el antiguo frigorífico permanece en estado de ruina, recordando la importancia de preservar y valorar los testimonios materiales de nuestra historia.
Compartinos tu opinión