La desaparición de Verónica Fabiana Jordan, empresaria inmobiliaria de 54 años, mantiene en vilo a la comunidad de Río Grande y a sus familiares, quienes continúan buscando respuestas. Desde que se emitió el pedido de paradero el 3 de octubre, ninguna de las búsquedas y rastrillajes realizados ha logrado arrojar pistas sobre su destino.

Los allegados a Jordan, quienes residen en Buenos Aires, expresan frustración y desconcierto frente a la falta de avances en la investigación. Señalan que hay “muchas cosas que no concuerdan” y rechazan las críticas recibidas en redes sociales sobre su supuesta falta de compromiso en la búsqueda. Aseguran que no han dejado de solicitar información y de clamar por el esclarecimiento de lo sucedido.

Las últimas imágenes de la empresaria fueron registradas por cámaras de seguridad, que la captaron caminando en las inmediaciones del barrio CAP y dirigiéndose hacia Punta Popper. Desde entonces, no se han hallado más rastros.

Al momento de su desaparición, Verónica vestía una campera puffer blanca, pantalones cargo azul oscuro y zapatillas blancas. La policía difundió su descripción física: mide 1.70 metros, es de contextura delgada, tez blanca, y tiene cabello largo, lacio y castaño oscuro.

El caso ha despertado indignación y preocupación en la comunidad, que se pregunta cómo es posible que una persona desaparezca sin dejar rastro. Amigos y familiares insisten en que no abandonarán la búsqueda y llaman a cualquier persona con información relevante a comunicarse con las autoridades.

Mientras tanto, la incertidumbre persiste, y cada día sin respuestas agrava el dolor de sus seres queridos. La desaparición de Verónica Jordan no solo representa un caso policial sin resolver, sino también un llamado a reflexionar sobre la necesidad de mejorar los mecanismos de búsqueda y prevención en situaciones similares.