
En las últimas horas, un sector del histórico muro costero ubicado en la intersección de las calles Güemes y Echeverría, en la costanera, sufrió un desplazamiento significativo a raíz del impacto de un fuerte oleaje y una marea extraordinaria. La situación se agravó durante la noche, dejando una parte del muro inclinada y la vereda levantada, lo que ha obligado al municipio a tomar medidas urgentes de mitigación y prevención.
El incidente comenzó con un desplazamiento inicial de siete centímetros que afectó un paño del muro. Según relató personal del lugar, este movimiento se debió al golpe constante de las olas, que generaron un proceso de socavamiento en la base del muro. “Nos encontramos con que había socavado y empezaron a aparecer los pozos. Los adoquines comenzaron a caerse hacia adentro”, explicaron testigos presenciales.
A partir de ese momento, el municipio procedió a realizar un vallado en la zona afectada, ya que gran cantidad de vecinos se acercaron a observar el fenómeno natural. La marea extraordinaria y el fuerte oleaje atrajeron a curiosos que registraron imágenes del impacto de las olas, un espectáculo habitual en este sector de la ciudad. Ante el riesgo de un colapso mayor, cerca de la medianoche se decidió cortar el tránsito y la iluminación de la zona para garantizar la seguridad de las personas.
A la mañana siguiente, personal de Defensa Civil y del área de Obras Públicas se hizo presente en el lugar para iniciar las tareas preliminares. Sin embargo, estas labores están fuertemente condicionadas por las mareas y el viento, que complican el uso de maquinaria pesada en la costa. “Tenemos solo una ventana de trabajo de unas pocas horas cuando baja la marea. Hoy estábamos con la plena mar, así que tuvimos que esperar para comenzar”, detallaron desde el municipio.
Las tareas iniciales consistieron en la remoción de adoquines y el alivianamiento del material para evitar que el peso adicional genere mayor presión sobre el muro. Según José Silva, subsecretario de Obras Públicas, los trabajos están orientados inicialmente a estabilizar la estructura y evitar que siga desplazándose. “Luego apuntalaremos el muro y lo corregiremos con premoldeados, ya que no podemos trabajar con hormigón debido a la constante subida y bajada de la marea”, explicó.
Aunque las autoridades municipales señalaron que el desplazamiento fue inesperado, se trata de una obra antigua que data de la década del 90. El muro costero fue inaugurado el 11 de junio de 1991, durante la gestión de Esteban Martínez, y ha soportado casi cuatro décadas de embates climáticos. Sin embargo, en los últimos años, los efectos del cambio climático y el incremento en la intensidad de las mareas han generado nuevos desafíos para la infraestructura costera.
“La obra original tenía una metodología y materiales diferentes a los que se utilizan hoy en día. Desde esta gestión hemos trabajado en una nueva costanera con sistemas constructivos más modernos, pero no podemos intervenir en toda la extensión del muro, que abarca más de 2.000 metros”, agregó Silva.
El tramo afectado comprende aproximadamente 25 metros, con daños visibles en cuatro paños del muro. Las autoridades reconocen que el proceso de remediación será complejo y dependerá de factores climáticos.
La costanera es uno de los lugares más concurridos de la ciudad, tanto por vecinos como por turistas, lo que añade un desafío adicional en términos de prevención y seguridad. “Es un lugar que se utiliza diariamente. Veremos cómo se logra la remediación sin interrumpir totalmente el uso de este espacio público tan importante”, concluyeron desde el municipio.
Mientras tanto, los trabajos continúan y las autoridades piden paciencia y colaboración a la comunidad. La situación en la costanera pone de relieve la necesidad de adaptar las infraestructuras urbanas a los desafíos que plantea el cambio climático, garantizando su resiliencia ante fenómenos naturales cada pvez más extremos.
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