Luis Schreiber, representante de los almaceneros y miembro de la Cámara de Comercio de Río Grande, compartió un balance poco alentador sobre las ventas navideñas de este año. Según explicó, aunque la actividad superó ligeramente a la de un fin de semana común, no se sintió como una fecha festiva. “Fue muy similar al año pasado: se vendió más que un día normal, pero no se vivió como una verdadera celebración”, comentó.

El referente comercial destacó que el ambiente previo a las fiestas ya era poco festivo, reflejando las dificultades económicas de los consumidores. “La gente compra menos porque no hay plata y los precios siguen subiendo. En los últimos dos meses, por ejemplo, la carne tuvo un aumento del 21%, mientras que la inflación oficial habla de un 2%. Esto afecta directamente el consumo, especialmente en estas fechas donde la carne suele ser protagonista”, señaló.

En cuanto al comportamiento de los clientes, Schreiber resaltó un cambio notable en los patrones de compra. “Antes la gente compraba en exceso, pensando que si sobraba no importaba. Ahora todo es más medido. Se llevan un pan dulce, una sidra y un budín, y con eso resuelven. Las ventas son más tranquilas y mucho más acotadas”, indicó.

Respecto a las posibles repercusiones del éxodo vacacional en las ventas de fin de año, Schreiber opinó que el impacto podría no ser tan significativo como parece. “Hay que considerar la cantidad de gente que realmente sale y compararla con la población total de la isla. No creo que sea un éxodo masivo, pero sería interesante analizarlo más a fondo”, añadió.

Finalmente, el comerciante expresó su preocupación por la falta de mejora en el panorama comercial. “Las ventas no van a aumentar mucho, estamos prácticamente igual que el año pasado, y las cosas siguen mal. No vemos un cambio positivo en el corto plazo”, concluyó.