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Actualmente, los expertos tienen hasta mayo de 2025 para recopilar datos clave sobre su órbita, ya que después de ese mes, el asteroide dejará de ser visible hasta su próximo paso en 2028. Estos datos serán fundamentales para precisar su trayectoria y determinar si representa una amenaza real.
Aumento en la probabilidad de impacto
Los cálculos iniciales del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS), de la NASA, estimaban un 1,3% de riesgo de colisión, cifra que recientemente se elevó a 2,3%. Esta estimación ha sido respaldada por la Agencia Espacial Europea (ESA), que calculó un 2,27% de probabilidad.El Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS), a través de un telescopio en Chile, detectó la roca por primera vez el 27 de diciembre de 2024. Su diámetro oscila entre 40 y 90 metros, una magnitud suficiente para causar daños significativos a nivel local en caso de impacto.
Próximos pasos y protocolos de seguridad
La NASA y la ESA han activado sus sistemas de monitoreo y han implementado el Protocolo de Seguridad anti-asteroide, promovido por Naciones Unidas. Si las observaciones futuras siguen indicando un riesgo de impacto, la Red Internacional de Advertencia de Asteroides (IAWN) enviará un informe a la Oficina de Asuntos del Espacio Exterior de la ONU (UNOOSA) con recomendaciones de acción.El licenciado Mariano Ribas, jefe de Divulgación Científica del Planetario de Buenos Aires, explicó que la última oportunidad para analizar su trayectoria antes de 2032 será en 2028, cuando el asteroide se acerque nuevamente a la Tierra. "Si en ese momento la órbita sigue siendo preocupante, habrá que evaluar alternativas", indicó.
Por su parte, el astrónomo Juan Luis Cano, de la Oficina de Defensa Planetaria de la ESA, insistió en que, aunque la probabilidad de impacto ha crecido, sigue habiendo un 98% de chances de que el asteroide no choque con la Tierra.
Posibles escenarios y antecedentes
Si el 2024 YR4 se mantiene en su trayectoria actual, los modelos predicen que el posible punto de impacto podría abarcar una amplia región que incluye:
- Colombia, Venezuela y el norte de Brasil
- El océano Atlántico y el Golfo de Guinea
- África central e India
Uno de los casos más recordados en la historia de la astronomía fue el asteroide Apofis, descubierto en 2004. En su momento, se estimó una probabilidad de impacto del 2,7% para 2029, aunque con el tiempo, nuevos cálculos confirmaron que pasará a 38.000 kilómetros de la Tierra, sin representar una amenaza.
¿Cómo actuar si la amenaza persiste?
Si las próximas observaciones confirman un alto riesgo de impacto, la comunidad internacional evaluará posibles misiones de desvío. En 2022, la NASA logró modificar con éxito la órbita del asteroide Dimorphos mediante la misión DART, lo que sentó un precedente en la defensa planetaria.Por ahora, los astrónomos seguirán recopilando información hasta mayo, cuando el asteroide deje de ser visible. Si en 2028 su trayectoria sigue siendo preocupante, podría activarse un plan de acción más concreto.
A pesar de la incertidumbre, los científicos recalcan que la probabilidad de impacto sigue siendo baja. Paul Chodas, director del CNEOS de la NASA, fue tajante: "Hoy por hoy, no hay motivo de preocupación. El 99% de probabilidades indican que el asteroide no chocará con la Tierra".
Sin embargo, la vigilancia continúa, ya que estos eventos sirven como recordatorio de la importancia de la cooperación internacional para anticipar y mitigar potenciales amenazas espaciales.
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