En el contexto de la crisis que atraviesa el país, Ushuaia enfrenta una problemática cada vez más visible: el aumento de personas en situación de calle y de vendedores ambulantes que recorren las calles céntricas, como las avenidas Maipú y San Martín. Estas situaciones generan malestar entre los vecinos, comerciantes y turistas, especialmente durante la temporada de bajas temperaturas.

Personas en situación de calle

En las principales arterias de la ciudad, se observa a personas -mayormente hombres- buscando refugio bajo techos de edificios o comercios, utilizando mantas precarias y con escaso abrigo para enfrentar el frío extremo. Algunos incluso ingresan a cajeros automáticos para intentar protegerse del clima.

Comerciantes locales han reportado episodios donde estas personas realizan necesidades fisiológicas en la vía pública, generando incomodidad y situaciones difíciles de manejar.

Vendedores ambulantes en aumento

Por otro lado, la presencia de vendedores ambulantes se ha intensificado, con personas que ofrecen productos como medias y anteojos de sol directamente en la vía pública o dentro de los comercios sin autorización.

"El otro día le compré medias a un vendedor en un supermercado, y días después volvió a abordarme. Al decirle que ya le había comprado, se ofendió y respondió de manera agresiva", comentó una vecina.

Situaciones similares se viven en locales gastronómicos, donde empleados reportan que los vendedores ingresan sin permiso y se dirigen principalmente a los turistas. "Les pedimos amablemente que no entren, pero insisten y no entienden", expresó la encargada de una confitería céntrica.

Problemas en semáforos

Automovilistas también han manifestado su incomodidad ante vendedores que se acercan a los autos detenidos en semáforos, golpeando las ventanillas con insistencia para ofrecer sus productos. "Esto parece una escena típica de Buenos Aires, pero ahora lo vivimos acá en Ushuaia", señaló un conductor.

La comunidad y los comerciantes locales piden medidas para abordar esta situación, que no solo afecta la convivencia en el espacio público, sino que también pone de manifiesto las dificultades económicas y sociales que atraviesa la región.