Augusto De Camillis y Gonzalo Sabattini regentean un emprendimiento que ofrece a los visitantes la posibilidad de practicar buceo "recreativo" e incluso hacer el bautismo de esta actividad en las costas heladas de la bahía de Ushuaia.
"Es algo que puede hacer cualquier persona sin conocimientos previos. La temperatura del agua (que oscila entre 4 y 10 grados) no es un obstáculo porque se utilizan trajes secos que permiten una experiencia agradable por unos 30 o 35 minutos", explicó De Camillis.
El responsable de la actividad también contó que sumergirse en el Beagle supone "ingresar a un lugar prístino, con poco impacto humano, con una biodiversidad, flora y fauna únicas en el mundo", detalló.
Los turistas que se animan al desafío tienen un perfil propio, muy ligado al conocimiento del entorno natural y con curiosidad por las experiencias extremas.
"Hay pocos lugares en el país con una oferta de este tipo. Y aquí se agrega el atractivo de lo exótico, del lugar que es punto de entrada a la Antártida. Incluso mi socio ya ha participado de experiencias de buceo antártico con pasajeros de un crucero", relató De Camillis.
El costo de la actividad es variable, aunque oscila entre los u$s60 y los u$s130 de acuerdo a las características.
Otra experiencia diferente para los turistas del Fin del Mundo consiste en iniciarse en la escalada en roca, que puede practicarse en palestras artificiales y en escenarios naturales ubicados cerca de la ciudad.
Alberto Balmaceda, uno de los responsables de la empresa "7 Cimas", comentó que si bien su principal clientela son residentes que se suman a una escuela de escalada, también hay turistas que contratan cursos o clínicas intensivas de la actividad.
"Son cursos que duran un fin de semana o dos. Incluyen una capacitación básica y no requieren conocimiento previo. Hay clases teórico-prácticas. También damos clases de escalada en hielo y tránsito glaciar, entre otras", mencionó Balmaceda.
Los costos también son variables: una clínica intensiva puede hacerse por $10.500y los cursos valen unos $20 mil.
El trakking también es una de las actividades más tentadoras en los alrededores de Ushuaia, aunque por fuera de los senderos clásicos, como Laguna Esmeralda o Bahía Lapataia (dentro del Parque Nacional) hay otros más extensos y complejos que llevan hasta lugares únicos y muy poco conocidos.
Uno de estos destinos es el de las lagunas de Las Aves y Torres del Río Chico, ubicadas en la sierra Vinciguerra.
El recorrido comienza por una senda ubicada dentro de la misma ciudad (conocida como camino a la Cascada de los Amigos) en la zona alta del casco céntrico, continúa por allí unos 4 kilómetros y luego gira para cruzar un pequeño curso de agua y luego el río Chico, para extenderse otros 10 kilómetros entre bosque fueguino, turbas y castoreras hasta llegar a la Laguna Halcón, también conocida como Laguna Brasil por los colores azul y amarillo de sus aguas.
En esa zona conocida como Paso de las Aves, también se encuentran una serie de lagunas en zona de pedrero a más de 600 metros de altura, y las llamadas Torres del Río Chico, tres formaciones de entre 1228 y 1279 metros de altura que por sus características fueron bautizadas como "El Chaltén fueguino".
En total son 30 kilómetros de caminata ida y vuelta, llegando hasta la base de las torres.
Otro trakking extremo es a la laguna del Monte Cinco Hermanos, una de las montañas que se aprecia desde el centro de Ushuaia, pegada al famoso Monte Olivia.
La laguna es poco conocida y además de su singular belleza tiene una particularidad: desde allí puede observarse el Glaciar De Agostini y tener una vista única de la ciudad.
El sendero parte del camping Kawi Yoppen, ubicado a unos 2 kilómetros de Ushuaia, y pasa por la cascada Velo de Novia.
Para llegar a la laguna se deben recorrer unos 10 kilómetros (entre ida y vuelta) con un desnivel cercano a los 800 metros, por un camino sencillo al principio y con pendiente muy pronunciada al final.
Por su parte, las lagunas de Torres del Rino y Glaciar Los Vascos también son destinos de aventureros en las proximidades de Ushuaia.
Están ubicadas en la Sierra Alvear y, lo más llamativo, es que se encuentran una al lado de la otra, pero sus colores son muy diferentes: La de Torres del Rino es de un azul intenso mientras que la de Los Vascos es verde claro.
Todas las formas de acceso son complejas y la más común es la del Paso Beban, con unos 22 kilómetros de caminata (ida y vuelta) y un desnivel de 1000 metros.
Estos senderos tienen "pendientes muy pronunciadas con piedra laja suelta, por lo que es fundamental el uso de casco. Requieren un buen estado físico ya que a la distancia se le suma el desnivel acumulado más las condiciones complicadas del terreno", explicaron baqueanos de la zona.
En todos los casos, las autoridades aconsejan realizar estas caminatas en compañía de guías expertos, con calzado y ropa técnica y con provisión de alimentos y equipamiento de montaña.
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