Un ambiente de frustración, enojo e impotencia entre las autoridades y el público y sentimientos encontrados de resignación entre los pilotos, se respiraba ayer frente al Club de Volantes de Porvenir, al arribo engrillados desde el cruce de Estancia Las Flores, de los primeros 50 autos que finalizaron la recortada segunda etapa del 45° Gran Premio de la Hermandad Chilena Argentina en Tierra del Fuego.
La disminución de la fase afectó al trazado nacional del evento, tras la determinación de los comisarios deportivos y directores de prueba chilenos y argentinos de la carrera, de acortar en más de 300 kilómetros dicho trayecto, completándose a la postre apenas 120 kilómetros entre la postergada largada en la ciudad argentina de Río Grande y el improvisado punto meta del anguloso cruce de caminos.
Todo se debió a las 7,30 horas de ayer, un camión del Destacamento Caupolicán de Porvenir que transportaba personal de apoyo a los equipos de comunicación del Ejército apostados en la ruta, sufrió un volcamiento en el sector de la Draga Russfin (extremo sur de la isla). Un soldado conscripto lesionado requirió ser trasladado al Hospital de las Fuerzas Armadas, en Punta Arenas, vía aérea.
Aunque la ruta quedó despejada pasadas las 11 horas, tras el peritaje a la máquina volcada por parte de Carabineros, la organización del Gran Premio postergó dos veces la largada, “por razones de seguridad”. Finalmente, e invocando la misma figura reglamentaria, anunció que recién a las 13 horas se daba la partida a la competencia desde la circunvalación de Ruta 5, en la ciudad de Río Grande, pero que la etapa se iba a considerar completa sólo hasta el sector Las Flores, donde se ubicarían el cronometraje y la meta final y desde donde a las 15,30 horas (y escoltadas por Carabineros) se envió las primeras 50 máquinas a Porvenir, para la revisión técnica a los ganadores.
“Seguridad había y actuó bien en el lado chileno”
“Lo que ha pasado hoy es lamentable, no veo ninguna celebración y hay mucha frustración, porque las razones de suspender la carrera y haber acortado el tramo chileno no están claras”, declaró la alcaldesa de Porvenir, Marisol Andrade, quien postula al Gran Premio como un atractivo turístico de la comuna. “Me sorprende esta decisión porque había alternativas de cambiar el trazado, por ejemplo, Las Flores-Onaisín-Porvenir, donde debía terminar, tal como partió de acá el día anterior”, agregó.
Apuntó que lo sucedido ayer vulnera el propósito de la carrera con una desconsideración a los deportistas, sus equipos y a los espectadores. Por lo mismo, anunció una reunión que será convocada junto a la gobernadora fueguina Margarita Norambuena con los entes involucrados, para analizar lo sucedido. Todo eso, considerando que este año hubo un despliegue muy bien organizado en el tema seguridad y telecomunicaciones que no existía antes, donde según la jefa comunal, “Chile había aportado tanto que no veo la razón de haber parado la carrera en un tercio de su tramo”.
Por su parte, el consejero regional por Tierra del Fuego, Andrés López, señaló que la detención de la etapa 2 no tenía una explicación lógica, que no pudo explicarle a su colega en el Core, Antonio Bradasic, presidente de la Comisión de Deportes, quien le preguntó por las razones del abrupto final. “Si hablamos de seguridad, debo destacar lo que hizo el gobierno provincial ante cualquier emergencia, que respondió con creces el día de ayer (anteayer, en el tramo 1) con los numerosos accidentes ocurridos, salvo la demora natural por estar en una isla”.
Recordó que la organización del 45 GPH tuvo recursos del gobierno regional por 14,5 millones de pesos, más aportes privados, que debieron ser defendidos como una actividad emblemática ante el Core. “Si observamos, en los 2 últimos años la carrera no ha terminado en Porvenir y el año pasado no hubo clasificatorio en Río Grande porque a algunos les molestaba el ruido. Me pregunto, ¿qué se pretende, correr sin viento, sin nieve?, cuando la esencia del Gran Premio es que se corra en el agreste territorio fueguino, con todos sus vaivenes y hoy nos quieren convertir en qué, ¿en un Rally Mobil?”, preguntó.
Resignación entre pilotos
Para los pilotos, en tanto, el ánimo era de resignación o de conformidad, como expresó Christobal Masle, vencedor de la Categoría G, para quien la decisión de los organizadores, “si obedeció a razones de seguridad me parece perfecto, porque con eso no se juega ni la carrera, ni el trabajo, ni nada. Si no estaban los medios, había que suspenderla o acortarla”, opinó. Por su parte, Orlov Dübrock, segundo en la misma categoría, estimó que “si era por seguridad, está claro que había que cortar la carrera. No me gusta, porque yo quería correrla completa. No sabíamos nada, sólo que había problemas con una ambulancia, no sabíamos que los militares que volcaron eran de telecomunicaciones”.
De similar opinión fueron los argentinos Marcelo Surt, vencedor de la Serie C y Dante Stork, de la Categoría D, quienes aunque tampoco tenían definida las causas del término repentino del segundo tramo, creen que si se actuó por seguridad de los corredores, aceptaban el acuerdo de los organizadores, si bien estimaban negativo que se adopte este tipo de decisiones.
Lesionados del sábado
Mientras tanto, en el Hospital Clínico se recuperan los pilotos y navegantes que el sábado fueron evacuados a Punta Arenas, tras sufrir accidentes durante el desarrollo de la competencia. Es el caso de Héctor Vásquez, corredor argentino, quien este domingo evolucionaba satisfactoriamente de sus lesiones.
Fuente La prensa austral
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