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Gremiales

Dueño de Garbarino reabre 5 locales, mientras más de 3.000 empleados hacen changas

Sigue turbia y convulsionada la realidad de la cadena Garbarino. Sin percibir indemnizaciones, y mucho menos una reducción de los más de 10 meses de salarios adeudados, empleados y ex trabajadores de la compañía transitan febrero a la espera de una intervención de la compañía que todavía no ocurre. Mientras, afrontan el día a día apelando a "changas" de ocasión, horarios en Uber, labores de delivery y todo tipo de empleos temporales y precarizados.

En las últimas semanas, el Sindicato de Comercio que lidera Armando Cavalieri justamente solicitó una intervención del retail. Entre los empleados gobierna el escepticismo respecto de este movimiento: señalan que, en plena ola de cierres, Cavalieri optó por un silencio acorde con la decisión del Gobierno de no accionar de forma directa para resolver la situación laboral de 4.000 personas.

"El sindicato dio plazo hasta el 9 de febrero para que Carlos Rosales –aún titular de Garbarino– se ponga al día con todo lo que adeuda. Pero entendemos que ese ultimátum no es más que otra pantomima de Cavalieri", dijo a iProfesional un delegado de los trabajadores de la cadena.

Justamente, Rosales reapareció en la segunda mitad de enero y hasta permitió que le tomen fotografías en una de las sucursales del retail que volvió a levantar sus persianas. Se trata del local porteño ubicado en Uruguay 552, en la zona de Tribunales. Empleados de la compañía indicaron a este medio que el empresario reactivó la venta en 5 sucursales: la mencionada sobre la calle Uruguay y sendos puntos de venta en Unicenter, San Martín Shopping, Parque Brown y Belgrano.

"Operan con personal elegido a dedo por tres delegados que siguieron en la empresa", confió otra fuente a iProfesional. Hoy por hoy, la cadena funciona con un plantel que no llega a los 500 empleados de los 4.000 que originalmente tenía.

"Los funcionarios del Gobierno nos han recibido sólo para estirar el conflicto. No han buscado ninguna solución. Mientras, seguimos sin cobrar un peso. Algunos compañeros hacen changas, otros consiguieron algunos empleos temporales, en negro. Muy pocos han logrado reinsertarse en el mercado laboral formal", confió otro delegado.

"Vamos a elevar un pedido para que el Gobierno le otorgue a la empresa un crédito blando con la condición de que ese dinero vaya directamente a nuestras cuentas. Serían montos para cubrir las indemnizaciones que aún no nos pagan. También se viene una movilización al juzgado donde está activa la convocatoria de acreedores. Confiamos en lograr una nueva reunión con el Presidente", añadió.

Desde el seno de los trabajadores aseguran que Rosales no ha tomado contacto alguno con los afectados por el cierre de sucursales. "Estuvo hace muy poco en la sucursal de Uruguay y directamente no se refirió al conflicto. Para él la cadena está bien, en una situación normal. No tenemos duda de que opera con respaldo del poder político", reconoció el vocero de los empleados interpelado.

Garbarino: números de la crisis

En concurso preventivo desde la segunda mitad de noviembre del año pasado, la firma reconoce deudas por al menos 10.000 millones de pesos. El derrumbe financiero y comercial del retail no sólo viene afectando a la empresa tradicional, sino que también se extiende a otras firmas del grupo como Compumundo, Garbarino Viajes –donde se multiplican las denuncias por presuntas estafas– y la ensambladora de celulares en Tierra del Fuego.

Según pudo constatar iProfesional en la central de deudores del Banco Central (BCRA), la cadena mantiene compromisos incumplidos con el Banco de Córdoba, el COMAFI, el VOII y el HSBC, entre otras instituciones. Buena parte de su deuda está catalogada como con "alto riesgo de insolvencia".

La cadena acumula 3.834 cheques rechazados por un monto total de 5.904 millones de pesos. La cúpula de Garbarino, siempre según la base de datos del BCRA, no ha dejado de librar cheques sin fondos desde el 24 de enero de 2020 a esta parte.

El último, "sin fondos", según el Central, figura asentado el 1° de febrero pasado y por un monto de casi 150.000 pesos. Antes, el 21 de enero, aparece otro cheque, también "sin fondos", por 4,2 millones de pesos. En la base de datos del BCRA, constató iProfesional, suman 12 los cheques "rebotados" sólo en el primer mes de 2022. En diciembre se acumularon casi una veintena.

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