La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) intentará estirar la pauta oficial de aumentos salariales para este año con un planteo de aumento del 35% y una suba mayor para el ingreso de base de la actividad, de modo de llevarlo de los actuales $44.000 a $61.600 pesos con un ajuste de 40 por ciento. Fue el principal eje de una audiencia que ayer mantuvieron los representantes del gremio con autoridades de las principales entidades que nuclean a los fabricantes del rubro metalúrgico.
El pedido para los sueldos generales de la industria supera en tres puntos porcentuales el 32% orientativo que fijó el Gobierno como referencia para el acuerdo de precios y salarios que impulsa con las cámaras empresarias. Además prevé una revisión de las escalas en noviembre próximo para el caso de que la inflación hubiese superado los parámetros pactados. El reclamo incluye un escalonamiento de la suba: 15% en abril, 10% en julio y otro 10 por ciento en octubre.
La paritaria metalúrgica es hasta ahora la mayor negociación que pone a prueba el intento del Ejecutivo por acompasar los ingresos de los trabajadores con la pauta inflacionaria de 29% plasmada en el Presupuesto 2021. Antes la administración de Alberto Fernández consiguió números afines a su política en la discusión de la Asociación Bancaria con las entidades financieras, que terminó con una suba de 29% y dos revisiones; la de los docentes a nivel nacional, con 34,6%, y un bloque de 32% con la de los encargados de edificios, la de Obras Sanitarias en AySA y la del sindicato de los empleados del gas.
El dato saliente de la negociación es el pedido extra para el denominado “ingreso global mínimo de referencia” que en la actualidad es de 44 mil pesos y sobre el cual el gremio que encabeza Antonio Caló pidió un ajuste extra de 40 por ciento. Esa base de sueldos es el mecanismo que reemplazó la escala de “peón” del convenio metalúrgico que antes oficiaba de valor de entrada en la escala de la actividad.
El argumento del sindicato para la audiencia ante el Ministerio de Trabajo es que los sueldos de 2020, si bien crecieron nominalmente 39,6% (por encima de la inflación de 36,1% en el período), lo hicieron recién hacia final del año pasado, con varios meses sin aumento alguno producto de la crisis económica que golpeó a la actividad como consecuencia de la pandemia. De hecho la paritaria del año pasado no tuvo movimiento desde abril, cuando venció la de 2019, hasta después de mitad de año cuando pactó una suma fija de 30 mil pesos distribuidos en seis cuotas iguales de 5 mil pesos de agosto a diciembre.
La suba porcentual llegó recién a fin del año pasado y tras un período en el que primaron los despidos, las suspensiones y las rebajas salariales en las fábricas de todo el país. Para entonces habían pasado más de cuatro meses con un virtual “agujero negro salarial” entre abril y julio de 2020. Fue tal la crisis que castigó a los metalúrgicos que en la audiencia de ayer hubo cámaras empresarias que reconocieron abiertamente ante los funcionarios de Trabajo el retraso en los sueldos del personal. Como respuesta formal dijeron que analizarán el pedido de la UOM y darán una respuesta (se prevé negativa) el 30 de marzo.
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