Desde este lunes 23 de diciembre, el Impuesto PAÍS deja de estar vigente tras cinco años de aplicación. Este gravamen, creado en 2019 durante el gobierno de Alberto Fernández como una medida “temporal”, tenía como objetivo desalentar la demanda de divisas extranjeras.
El presidente Javier Milei decidió no renovar esta carga tributaria, respetando su fecha de caducidad, por lo que desde hoy queda oficialmente sin efecto.
Qué implicaba el Impuesto PAÍS
El impuesto había comenzado gravando con un 30% la compra de dólar ahorro y los pagos de bienes y servicios en el exterior. Con el tiempo, su alcance se amplió para incluir:
- Importaciones con una alícuota del 7,5% (salvo bienes esenciales).
- Servicios como fletes internacionales, reparaciones y asesorías profesionales, con tasas de hasta 25%.
Impacto en los precios y beneficios para los consumidores
La eliminación del Impuesto PAÍS tendrá varios efectos directos:
- Baja del dólar tarjeta: Este tipo de cambio, que actualmente incluye un 30% de este impuesto, pasará de $1.670 a $1.355, reduciendo un 30% su cotización.
- Streaming más barato: Servicios como Netflix, Spotify y compras en plataformas como Amazon serán más económicos.
- Turismo y compras en el exterior: Se abaratarán viajes, ropa, y electrónica adquirida fuera del país.
¿Qué esperar en los precios?
Se espera que la eliminación del impuesto facilite una baja en los precios de productos importados y servicios dolarizados, aunque podría no ser inmediata ni generalizada. En el caso de los alimentos importados, los supermercados ya reportaron reducciones de entre 2,4% y 10%, aunque la disponibilidad sigue siendo limitada.
La medida también podría beneficiar la desaceleración de la inflación, aunque analistas advierten que algunos empresarios podrían aprovechar para recuperar márgenes de ganancia tras un año de costos crecientes y menor rentabilidad.
Impacto en la economía y la recaudación
El Impuesto PAÍS había crecido en importancia dentro de la recaudación fiscal, representando el 1,2% del PBI en 2024. Solo en noviembre, aportó $389.468 millones, un aumento interanual del 97,6%. Entre enero y noviembre, acumuló $6,1 billones, equivalentes al 5,1% de la recaudación total.
Con su eliminación, el Gobierno deberá compensar esta pérdida de ingresos a través de ajustes en otras áreas o mediante el recorte del gasto público.
Un impuesto que marcó una etapa
Economistas y consultoras celebraron la eliminación de este tributo, calificándolo como una medida distorsiva y propia de una economía con restricciones. Su desaparición representa un paso hacia una política económica más alineada con el libre mercado, aunque plantea desafíos fiscales para el próximo año.
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