
El fallecimiento de Jorge Mario Bergoglio provocó un eco mundial que ya se traduce en múltiples iniciativas para honrar su memoria. En nuestro país, los homenajes van desde propuestas urbanas hasta emisiones numismáticas y filatélicas.
Entre las ideas planteadas, destaca un proyecto de ley presentado en el Senado que propone emitir un billete y una moneda con la efigie de Francisco. La iniciativa impulsa al Banco Central a diseñar estos elementos conmemorativos, cuyo valor y características serán definidos por el Poder Ejecutivo para asegurar su circulación en todo el territorio nacional.
La tradición argentina de acuñar piezas conmemorativas tiene antecedentes en la celebración de próceres y eventos relevantes. En este contexto, la figura de un papa argentino adquiere un significado especial, ya que su pontificado se caracterizó por enfatizar la atención a los sectores vulnerables y fomentar el diálogo interreligioso.
Además, en el ámbito del transporte público porteño, se debate cambiar el nombre de la estación Catedral del subte para rendir tributo al pontífice. Paralelamente, se promovió un proyecto filtral que contempla la emisión de un sello postal ilustrado con momentos emblemáticos de su papado.
El respaldo político a estas iniciativas cruza alianzas: respaldan la propuesta legisladores de distintos espacios, incluidos radicales, peronistas y oficialistas, quienes subrayan que Bergoglio será recordado como motor de reformas internas en la Iglesia y como un referente global de solidaridad.
"Cada moneda y billete será un símbolo del legado de paz y fraternidad que él encarnó", argumentan los impulsores. La diversidad de homenajes busca dejar constancia, en calles, buzones y billeteras, de la impronta de un hombre cuyo mensaje se mantendrá vivo en la vida cotidiana de los argentinos.
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