El Sol, fuente esencial de energía y vida para la Tierra, sigue siendo un enigma para los científicos, especialmente en lo que respecta a su corona, una región donde las temperaturas alcanzan niveles mucho más altos que en su superficie. Para abordar este misterio, la Agencia Espacial Europea (ESA) llevará a cabo en 2025 un experimento revolucionario: el primer eclipse solar artificial.

Una misión sin precedentes

La misión Proba-3, liderada por la ESA, contará con dos naves espaciales que volarán en formación sincronizada a 144 metros de distancia. Una de ellas estará equipada con un disco de 1,4 metros de diámetro que bloqueará la luz solar, permitiendo a la segunda nave observar con precisión la corona solar. Este "eclipse a demanda" permitirá una ventana de observación de hasta seis horas, mucho más que los eclipses naturales, que duran menos de siete minutos.

El enigma de la corona solar

Desde su descubrimiento durante un eclipse solar total en 1724, la corona solar ha desconcertado a los científicos por sus temperaturas extremas, que alcanzan los 2 millones de grados Fahrenheit, en comparación con los 10.000 grados de la superficie del Sol. La misión Proba-3 buscará respuestas sobre las dinámicas y procesos que calientan esta región.

Eclipses en el calendario 2025

Aunque el eclipse solar artificial de Proba-3 no será visible desde la Tierra, este año estará marcado por otros eventos astronómicos que sí podrán disfrutarse:

• 14 de marzo: Eclipse lunar total (visible en América, Europa, Asia, África y Australia).
• 29 de marzo: Eclipse solar parcial (visible desde América del Norte, Groenlandia y partes de Europa).
• 7 de septiembre: Eclipse lunar total (visible en Europa, África, Asia y América del Norte y del Sur).
• 21 de septiembre: Eclipse solar parcial (visible desde el sur de Australia y la Antártida).

La importancia del eclipse artificial

A diferencia de los eclipses naturales, Proba-3 permitirá observaciones sin restricciones climáticas ni limitaciones temporales, marcando un hito en el estudio de nuestra estrella. Aunque el fenómeno no podrá ser apreciado desde la Tierra, sus descubrimientos contribuirán a desentrañar los secretos del Sol y su impacto en nuestro sistema solar.

Mientras tanto, los fanáticos de la astronomía pueden esperar con entusiasmo los eclipses naturales de 2025, que traerán nuevas oportunidades para maravillarse con los fenómenos del cosmos.