Un vuelo previsto para partir desde Río Grande hacia Buenos Aires en horas de la mañana experimentó un retraso debido a un inconveniente técnico en el remolcador encargado de mover la aeronave hacia la posición de embarque.
Ante la situación, el equipo de pista actuó rápidamente y recurrió a vehículos utilizados habitualmente para transportar carros de equipaje, logrando desplazar el avión y resolver el contratiempo de manera eficiente.
Aunque el problema ocasionó un ajuste en el horario de despegue, la rápida respuesta del personal evitó mayores complicaciones y permitió que las operaciones continuaran con normalidad.
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