Y no solamente es un fracaso moral sino también "ambiental", añadió.
El desperdicio de alimentos produce cinco veces más emisiones de CO2 que el sector de la aviación, y requiere enormes extensiones de tierra donde se cultivan alimentos que finalmente no se consumen.
El informe, elaborado junto a la organización sin fines de lucro WRAP, es el segundo sobre el desperdicio global de alimentos compilado por la ONU.
A medida que la recopilación de datos ha mejorado, la verdadera magnitud del problema se ha vuelto mucho más clara, dijo Clementine O'Connor, del PNUMA.
Los restaurantes, comedores y hoteles fueron responsables del 28% del total de derroche alimentario en 2022, mientras que el comercio minorista como carnicerías y verdulerías desechó el 12%.
Pero los mayores culpables fueron los hogares, que representaron el 60%, alrededor de 631 millones de toneladas.
Gran parte de esto ocurre porque las personas simplemente compran más comida de la necesaria, pero también calculan mal el tamaño de las porciones, y además no comen sobras, dijo Swannell.
Otro problema son las fechas de caducidad. Hay productos perfectamente buenos que son desechados porque las personas asumen incorrectamente que se echaron a perder.
El informe explica que gran parte de los alimentos, especialmente en el mundo vías de desarrollo, no se desperdician frívolamente, sino que se pierden en el transporte o se echan a perder debido a la falta de refrigeración.
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