El gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, rechazó las denuncias de malas condiciones en el penal Benjamín Paz y amenazó con reubicar a los internos problemáticos en otras provincias, incluyendo Tierra del Fuego.

Jaldo calificó las denuncias de las madres de presos como "falsas" y defendió las condiciones del penal, destacando su modernidad y tecnología avanzada. "Todo eso es falso", sentenció el mandatario, rechazando las críticas y defendiendo la calidad de las instalaciones.

El gobernador aseguró que los internos reciben un trato adecuado y que las protestas de los familiares carecen de fundamento. También cuestionó el papel de las madres en la vida de los internos antes de cometer delitos, preguntando cómo no los cuidaron antes de que cometieran delitos.

"¿Cómo no cuidaron a sus hijos, maridos o parientes antes de que cometieran delitos o homicidios?", se preguntó Jaldo, en un tono de reproche hacia los familiares por las acciones de sus seres queridos.

Además, destacó que el penal ofrece cuatro comidas diarias y que los internos no pagan nada, gracias al impuesto de los tucumanos. "Hoy los presos están comiendo mejor que en sus casas. Tienen cuatro comidas al día, desayuno, almuerzo, merienda y cena. Y no pagan un peso; están comiendo gratis, están comiendo gracias al impuesto de los tucumanos", expresó.

La postura de Jaldo ha generado polémica, especialmente por su advertencia de trasladar a los internos problemáticos a lugares remotos del país. "Si lo detenemos, los mandamos al penal y sigue siendo un problema para Tucumán, y bueno… lo vamos a mandar a Buenos Aires, Santa Cruz, Tierra del Fuego o a otra parte del sur del país", afirmó.

La amenaza de Jaldo ha sido vista como una medida para controlar cualquier tipo de desorden en el penal, pero también ha generado preocupación entre los familiares de los internos y los derechos humanos.