Las verrugas visibles son el motivo de consulta más frecuente, aunque no ocasionan dolor ni molestias. El verdadero peligro de este virus es cuando se asienta en el cuello del útero, en donde evoluciona al cáncer de manera rápida. En el pene, puede terminar con lesiones malignas, pero, habitualmente, existen otros factores como la fimosis, la mala higiene y la falta de controles médicos, que inciden para la aparición de este tipo de tumores.
Una vez contraído, en el pene existen diversos tratamientos, cuyo objetivo es erradicar las verrugas visibles, si bien muchas veces no logra eliminarse por completo. Existe una alta tasa de recurrencia sin haberse demostrado un beneficio a favor de ninguno de los múltiples esquemas terapéuticos, los cuales se clasificarán como aquellos aplicados por el paciente (podofilina, imiquimod en crema y ácido tricloroacético, entre otros) y aquellos administrados por el médico (crioterapia, cirugía convencional y láser).
En general, ante lesiones pequeñas se puede comenzar con los tratamientos autoadministrados, mientras que cuando se trata de múltiples verrugas se prefiere efectuar terapias más radicales.
En conclusión, se estima que 20 millones de personas están infectadas con el HPV en los Estados Unidos. Este número crece ya que 6,2 millones de nuevos individuos se infectan cada año y convierten al HPV en la infección viral de transmisión sexual más común en todo el mundo. Librado a su evolución, tiene una alta relación con el cáncer de pene, aunque no se trataría de un único requisito para su desarrollo. Cuando se presenta una lesión peniana debe indicarse su tratamiento y aconsejarse la consulta de la pareja al ginecólogo ya que el riesgo mayor se relaciona con el cáncer de cuello de útero.
Médico urólogo, miembro del Centro Argentino de Urología (MN 102517).
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