Lucía Maisano, una destacada geóloga de 36 años originaria de Tucumán, forma parte de un equipo científico que busca los restos del buque Antarctic, hundido hace más de un siglo en las heladas aguas del mar de Weddell. La misión se lleva a cabo en el marco de la Campaña Antártica de Verano 2024/2025, con el respaldo de múltiples instituciones nacionales.
Maisano, quien actualmente trabaja en el Instituto Argentino de Oceanografía (IADO) y la Universidad Nacional del Sur, ha viajado a bordo del rompehielos ARA Almirante Irízar junto a un grupo multidisciplinario de investigadores. Su tarea principal es mapear el fondo marino entre las bases Petrel y Marambio mediante un sofisticado sonar de barrido lateral, tecnología clave para localizar los restos del Antarctic y otros puntos de interés geológico.
El Antarctic, un velero noruego del siglo XIX, naufragó durante la Expedición Antártica Sueca liderada por Otto Nordenskjöld (1901-1904). Atrapado en el hielo, el barco se hundió dejando a la tripulación aislada, hasta ser rescatada por la corbeta argentina ARA Uruguay. Ahora, más de 120 años después, la misión liderada por el doctor Pablo Fontana del Instituto Antártico Argentino busca arrojar luz sobre este episodio histórico y ampliar el conocimiento sobre el entorno marino polar.
El equipo enfrenta condiciones inhóspitas en el mar de Weddell, donde el hielo y las bajas temperaturas dificultan la navegación. Para Maisano, estas dificultades representan una oportunidad única de combinar ciencia y exploración en uno de los entornos más remotos del planeta. “Cada dato que obtenemos nos ayuda no solo a reconstruir la historia, sino también a comprender mejor los desafíos que enfrentaron los pioneros en esta región”, expresó la geóloga en una breve comunicación.
La expedición también cuenta con el agrimensor Luis Ariel Raniolo y la participación de varias instituciones nacionales como el Servicio de Hidrografía Naval y la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur. Los datos recolectados permitirán identificar características geomorfológicas y posibles geoformas que puedan aportar información valiosa para futuras investigaciones.
Lucía describió su participación en la misión como un logro personal y profesional. Graduada de la Universidad Nacional de Tucumán, su pasión por la geología la llevó a especializarse en estudios marinos, a pesar de haber crecido lejos del mar. Esta misión también coincide con su cumpleaños, un hito que celebró entre glaciares y aguas gélidas.
Desde Tucumán, su madre, Lucía Migliavacca, expresó su orgullo por los logros de su hija. “Desde niña, Lucía soñaba con explorar lo desconocido. Ahora está cumpliendo un sueño que inspira a muchos”, comentó.
La misión en la Antártida no solo busca respuestas científicas, sino que también resalta el papel de la colaboración internacional en la preservación de la historia y el avance del conocimiento humano en territorios extremos.
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