Ajustes en el Monotributo: más facturación, más aportes
La reforma fiscal de 2024 estableció que las tablas del Monotributo se ajusten cada enero y julio según la inflación acumulada en el semestre anterior. Este cambio elimina el sistema previo, que actualizaba parámetros anualmente.
Con una inflación acumulada estimada en 21% entre julio y diciembre, los nuevos topes de facturación y cuotas comenzarán a regir desde febrero. Por ejemplo:
- Categoría A: El límite anual pasará de $6.450.000 a $7.812.680.
- Categoría K: Subirá de $68 millones a $82,36 millones.
La recategorización semestral también tendrá nuevas fechas. Los monotributistas deberán revisar sus ingresos y actividad antes del 5 de febrero, mientras que el segundo período se realizará en agosto.
Ganancias: actualización semestral y nuevos mínimos
Por su parte, el Impuesto a las Ganancias experimentará cambios significativos, con ajustes semestrales en lugar de anuales. El nuevo mínimo no imponible y las escalas de deducciones reflejarán la inflación acumulada entre septiembre y diciembre de 2024, estimada en un 12%.
Desde febrero, el piso a partir del cual los solteros sin hijos comenzarán a pagar el tributo será de $2.285.136 brutos, mientras que para los casados con dos hijos alcanzará los $3 millones brutos. Estos nuevos valores representan un aumento frente al último ajuste de septiembre, que había fijado el piso en $2.040.300 y $2.682.208, respectivamente.
Reforma fiscal: una nueva dinámica de actualización
La reforma sancionada en julio de 2024 y reglamentada mediante el decreto 652 cambió el mecanismo de actualización tanto para Ganancias como para el Monotributo. Anteriormente, estos parámetros se ajustaban anualmente según el RIPTE (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables). Ahora, el índice de referencia es la inflación acumulada del semestre anterior, buscando mayor agilidad en los ajustes frente a la dinámica inflacionaria.
El nuevo sistema permitirá que los cambios entren en vigor en enero y julio de cada año, pero su impacto real se verá reflejado en los ingresos y obligaciones de los contribuyentes recién en febrero y agosto.
Un cambio con impacto en todos los sectores
La transición hacia este modelo semestral responde a la necesidad de adecuarse a la alta inflación. Sin embargo, trae consigo desafíos administrativos y económicos tanto para los contribuyentes como para el sistema tributario.
Con ajustes que reflejan el incremento de precios y salarios, la actualización de estos tributos pretende aliviar la carga fiscal en un contexto económico desafiante. A la vez, obliga a los contribuyentes a mantenerse atentos a los cambios y cumplir con plazos más estrictos en recategorizaciones y declaraciones
Compartinos tu opinión