El especialista y profesor en investigación Criminal y prevención del grooming, Aníbal Lazzaroni, dialogó con Minuto Fueguino donde se refirió al crecimiento registrado en los casos de ludopatía juvenil y sobre las preocupaciones que continúa generando la distribución de material de pornografía infantil.
Al respecto, indicó que la ludopatía “lamentablemente lo tenemos instalado. Hace un año y medio venimos informando de esta acción que se vienen generando, los errores que cometen algunos organismos del Estado como la AFA que permitió que las camisetas de los equipos de futbol tengan ese logo de los casinos y se puede hacer posibilidad, y sobre todo las familias creer que las apuestas son una diversión en familia y no pasa nada.”
En este sentido, advirtió que “empezamos a crear esa costumbre y ese hábito e inclusive apostar un poco de dinero no pasa nada y ahí es donde viene el gran inconveniente. Abrimos la puerta para una adicción más que uno la tiene detectada desde lo que es prácticamente quinto, sexto grado, hasta tercer y cuarto año. Muy fuerte en esa franja que va desde los 10 a 16 años, muy fuerte el nivel de apuestas y de buscar dinero para poder apostar o exigir una billetera electrónica para poder hacer este tipo de acciones porque si todos los amigos lo hacen, yo también lo quiero hacer.”
El Prof. Lazzaroni, remarcó que “tenemos un problema de adicción extremadamente grande en la virtualidad de la ciudad. Hay muchas formas de ingresar desde casinos que se vulneran con billetera virtual; un chico para acceder a una red social, mienta en su edad para poder acceder y esa información coincide para poder abrir un casino virtual y con la billetera electrónica puedo hacer el traslado de dinero. No hay barreras que limiten el acceso de los menores a determinadas plataformas. Hay plataformas que son seguras, pero que los chicos las pueden vulnerar. Si yo quiero apostar para la Copa Libertadores, hay referentes que juntan ese dinero y a través de WhatsApp, pasan la apuesta y se quedan el 10% de ese dinero”.
Según comentó Lazzaroni, “la ludopatía es cada vez más común. Nosotros en el 2010 entregamos equipos a chicos de entre 14 y 17 años y hoy se lo entregamos a chicos de 3 a 5 años, entonces muchas veces vamos en contra de lo que tendría que ser. La Asociación Mundial de Pediatría recomienda que el recién nacido hasta los cuatro años de edad no deben tener pantallas, imagínate vos con lo que ves todos los días de la ciudad. En los centros de salud le ponen el teléfono para que no lloren. Y un padre hace lo mismo con los niños ante una situación que no puede superar.”
Para Lazzaroni, “nos estamos equivocando en la forma de proceder y darle un equipo de adultos y no los acondicionamos a la edad del chico que lo tiene que recibir.”
Consultado sobre los casos de pornografía infantil y la alerta directa que llegó desde la inteligencia artificial de Google a la Policía local. “Nosotros empezamos a tener una cantidad de modificaciones en el Código Penal argentino en materia de cyberdelitos a partir del 2015 en adelante. Argentina es el primer país de Latinoamérica en legislar el acoso sexual en el 2013 y en el 2014 en la provincia. cuando empezamos con ese camino, hay otras modificaciones y el más puntual es el del artículo 218 que cambia lo que penaba el tráfico, también el consumo de la pornografía infantil y es con esto que se empiezan a hacer determinados tipos de acuerdos estatales y las compañías para hacer un seguimiento”.
“Con esos acuerdos, las inteligencias artificiales empiezan a chequear todo lo que hacen las personas y cada uno de lo que hacemos, está absolutamente chequeado. Cuando tenés una determinada de cantidad de bajadas, búsquedas, programaciones hechas que te llevan al consumo de pornografía infantil, empezas a entrar en una zona de observación y cuando ese tiene un común denominador en el tiempo, se dispara la alerta. Esa alerta, se envía a un área judicial que traslada la oren al auxiliar de justicia que es la policía y realiza el allanamiento con las direcciones e información que se les da, toman todo lo necesario y esa evidencia que se logra obtener en el lugar, se pone a disposición de la justicia para iniciar las causas.”
Lazzaroni afirmó que “existe consumo local de pornografía infantil y tenemos que ver que el delito muta de acuerdo a la forma que pueda evadir determinadas barreras. Se identifica dependiendo de la información que se envíe. Google te puede decir qué es lo que estás viendo, pero, por ejemplo, Telegram, no pertenece a Google y no tiene abierta la información para que los distintos algoritmos puedan ver lo que suceda adentro. Lo que envías a través de ese chat está totalmente encriptado y por fuera de los acuerdos. Muchos de los delitos menores que podemos encontrar, están dentro de Telegram.”
Finalmente, sostuvo que “las grandes corporaciones que tienen los servicios a la gente, es donde estamos siendo constantemente monitoreados. La interacción en la web está monitoreada, lo que no, es lo que sucede dentro de esos chats encriptados. Con una orden judicial puedo entrar en esa compañía y chats y ver qué sucedió.”
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