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Con el buen tiempo, es habitual que muchos quieran retomar el ejercicio físico, tanto los que lo dejaron durante el invierno como los que hace mucho ya que no lo practican. Y, por supuesto, esa es una gran idea. El deporte tiene muchas ventajas, tanto a nivel de salud, como de autoimagen, así como las sensaciones positivas que nos aporta y los círculos sociales que podemos encontrar. Combinado con una buena alimentación y un descanso correcto, es una fórmula ideal para encontrarnos mejor.
Sin embargo, muchos olvidan que la materia gris es el órgano más importante del cuerpo. Y que también se puede trabajar. Por supuesto, el cerebro se trabaja todos los días; nuestras tareas cotidianas y profesionales lo exigen permanentemente. Además, lo antes referido a nuestro cuerpo: ejercicio, alimentación y descanso, también lo benefician; esto es el conocido: “Mens sana in corpore sano”. Sin embargo, existen actividades que pueden desarrollar su potencial, algo que puede sernos muy útil en el día a día y ayudarnos a retrasar el deterioro cognitivo propio de la edad para llegar en mejores condiciones a la vejez.
Entre estas actividades se encuentran las de aprender nuevos idiomas, aprender a tocar instrumentos, realizar cálculos sencillos sin calculadora, practicar la memoria y otros tantos. Algunas de estas tareas pueden ser gratificantes y divertidas, pero otras nos pueden resultar más pesadas. Por ello, los deportes mentales pueden ser una gran opción para disfrutar mientras ponemos a tono a nuestra materia gris.
Los deportes mentales son un conjunto de disciplinas que, mediante actividades lúdicas, estimulan nuestras capacidades cognitivas. Entre ellas se encuentran el ajedrez, las damas, el poker, el bridge o el backgammon, entre otras. Cada una, con las características de sus reglas, implica un trabajo mental que puede ser muy beneficioso para el cerebro. Su carácter es competitivo, aunque en la mayoría de ocasiones el objetivo es más recreativo, al jugar con amistades o conocidos.
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Probablemente, el “Rey” de los deportes mentales sea el ajedrez. No solo porque sea el más practicado, sino también por sus estudiados beneficios para la materia gris. Al requerir aplicar estrategias y avanzarse a las del contrincante, se trabaja notablemente la creatividad. También intervienen ambos hemisferios, por la cantidad de áreas del cerebro que se utilizan (memoria, planificación, emociones…). Es un buen ejercicio que, incluso, según algunos estudios, ayuda a prevenir el Alzheimer. También precisa de un nivel importante de concentración, motivación y gestión de las emociones, entre otros factores. Incluso se afirma que produce cambios beneficiosos en el sistema nervioso central.
Pero no todo es el ajedrez. Por sus características, tiene bastante lógica que el poker haya sido considerado como un deporte mental. Su práctica requiere buenas dosis de estrategia y saber adaptarse a los cambios que ocurren durante el trascurso de la partida; también precisa control de las emociones, así como saber leer las de los demás. Es básico conocer bien las intricidades del título que pueden dar, de por sí, mucho juego; de la misma forma, aprender el lenguaje y los términos apropiados es otro factor que tener en cuenta. Su práctica hará perfeccionar unas habilidades, al tiempo que hacemos trabajar a nuestra materia gris.
Sin entrar muy a fondo en las demás modalidades, cabe señalar que las damas, el backgammon o el bridge no son las únicas alternativas. También otros juegos de mesa, como el Scrabble o el Trivial Pursuit son considerados miembros de esta categoría. En el fondo, estamos ante elementos comunes: el aspecto lúdico y la necesidad de utilizar distintas habilidades, lo que activa nuestro cerebro y lo ejercita, consiguiendo los correspondientes beneficios.
La mejora de las capacidades cognitivas es algo muy útil a muchos niveles. Pero es cierto que es complejo encontrar tiempo durante nuestra ajetreada vida. Y no siempre es muy apetecible ponerse a hacer cálculos mentales para realizar el entrenamiento. Es por ello por lo que los deportes mentales son una gran opción, debido a su carácter lúdico y a su condición como ejercicio social.
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