En un hecho cargado de simbolismo y emoción, Roberto Alejandro Jiménez, Suboficial Principal de la Armada Argentina, y su hijo Ignacio Agustín Jiménez, Cabo Segundo, lograron reencontrarse en el continente blanco durante la Campaña Antártica de Verano (CAV 2024-2025). El emotivo encuentro tuvo lugar en Caleta Potter, frente a la Base Antártica Científica Carlini, en medio de las tareas logísticas de sus respectivas unidades.

Roberto, de 48 años, se encuentra en el epílogo de una destacada carrera naval con ocho campañas antárticas en su haber. Por su parte, Agustín, de 21 años, transita su primera experiencia en la Antártida, marcando el inicio de su trayectoria en la Armada.

Un emotivo reencuentro en el continente blanco

El encuentro se produjo gracias a la coincidencia operativa entre el rompehielos ARA “Almirante Irízar”, donde presta servicio Roberto, y el aviso ARA “Puerto Argentino”, primer destino de Agustín. En un momento breve pero inolvidable, padre e hijo se fundieron en un abrazo en la cubierta del “Irízar”, sellando un vínculo aún más fuerte en medio de la inhóspita geografía antártica.

“Verlo acá con su uniforme me llena de orgullo. Es su primer destino naval y lo trajo a la Antártida, como me sucedió a mí en su momento”, expresó Roberto. Agustín, por su parte, comentó: “Es un orgullo poder encontrarme con mi papá. Este momento me genera valor y ganas de seguir adelante con mi carrera”.

Trayectorias unidas por la pasión naval

Roberto inició su carrera hace 30 años, influenciado por familiares que también pertenecieron a la Armada. Su vida profesional estuvo profundamente ligada a la Antártida, participando en múltiples campañas a bordo de unidades como el ARA “Puerto Deseado” y el ARA “Canal Beagle”. Actualmente, trabaja en el Comando Conjunto Antártico (COCOANTAR), coordinando tareas logísticas y administrativas.

Agustín, en tanto, ingresó recientemente a la Armada y ya ha demostrado su compromiso, egresando con honores de la Escuela de Suboficiales y destacándose en su especialidad de Mar. Su primera experiencia en la Antártida le permitió conocer de cerca las exigencias y desafíos de este entorno extremo.

Un vínculo forjado en el mar y la Antártida

Aunque Roberto nunca influyó directamente en la decisión de Agustín de unirse a la Armada, ambos comparten valores comunes de vocación, servicio y amor por la patria. “Siempre lo acompañamos y apoyamos en sus decisiones. Le aconsejo ser responsable, respetuoso y que aprenda todo lo que pueda”, dijo Roberto.

Agustín, por su parte, ve en su padre una fuente de inspiración y orgullo. “Me encanta estar en cubierta, aprender sobre mi especialidad y contribuir en tareas esenciales como las que hacemos en la Antártida. La Armada es lo mejor que me pasó hasta ahora”, afirmó.

Una experiencia única en el continente blanco

El reencuentro de padre e hijo en la Antártida no solo es un momento inolvidable para ellos, sino también un testimonio del compromiso de la Armada Argentina en misiones que demandan entrega, disciplina y pasión. Mientras Roberto transita los últimos años de su carrera y Agustín comienza la suya, ambos comparten un capítulo especial de sus vidas en uno de los lugares más desafiantes del planeta.

La historia de los Jiménez es un reflejo del espíritu y los valores que definen a quienes forman parte de la Armada Argentina, dejando una huella imborrable en la Campaña Antártica de Verano 2024-2025.