Por supuesto que, pese al notable crecimiento experimentado por nuestra provincia en el período que reflejan las estadísticas, esto no incide prácticamente en la exigua participación del PBI fueguino dentro del índice nacional, de apenas el 0,9%, sólo por encima de Catamarca, Formosa y La Rioja.
Un economista consultado inscribe la mejora de Santiago del Estero en la diversificación de su matriz productiva, reflejado en el fortalecimiento del sector turístico, más allá de su histórica preminencia en la industria maderera, y últimamente con una mayor incidencia del cultivo de soja.
Segunda en el ránking aparece Chaco con apenas un punto más arriba que Tierra del Fuego, el 63%. Lo de Chaco se explica en sus industrias algodonera, minera y maderera.
Entre las que retrocedieron, Catamarca no solamente no creció, sino que retrocedió el 11% entre 2004 y 2021, lo que la sitúa en un cómodo último lugar.
Santa Cruz y Mendoza son los otros dos distritos que exhiben exiguas cifras de crecimiento, del 11% y el 18% respectivamente, apenas, posiblemente debido a la fuerte caída de la actividad del petróleo, de gran incidencia en ambas economías. Además de ser dos provincias estancadas en términos de reconversión productiva, sin iniciativas ni perspectivas de diversificación.
Mendoza, por su volumen, se sigue manteniendo quinta en incidencia en el PBI nacional -liderado por Buenos Aires, CABA, Santa Fe y Córdoba-, pero no faltará mucho para que sea superada por la pujante Neuquén -la que más creció en 2020 y 2021-, a caballo de Vaca Muerta.
Las cuatro jurisdicciones más poderosas exhiben cifras similares al promedio nacional de 39%, como es lógico. Buenos Aires creció el 41%, CABA 32%, Córdoba el 54% y Santa Fe 33% arriba.
Compartinos tu opinión