En el marco del doble crimen contra Víctor Perpetto y Nahuel Roth, este lunes, comenzó un nuevo juicio contra Maximiliano Perpetto y Leandro Soto, imputados del delito de homicidio en grado de tentativa, agravado por el abuso de arma de fuego, en perjuicio de Gastón Badilla, quien iba acompañado de Diego Moral.
Luego de que Soto y Perpetto se negaran a declarar, Gastón Badilla, condenado a prisión perpetua el pasado viernes, respondió preguntas en calidad de testigo y aseguró que no recuerda si su acompañante, Diego Moral, efectuó disparos desde el Gol que Badilla conducía, y tampoco pudo descifrar quiénes iban en el Chevrolet que los perseguía, a pesar de estar claramente comprobado que era conducido por Soto en compañía de Perpetto.
En el inicio de su declaración, Gastón Badilla precisó que “en la zona del barrio Las Barrancas escucho la primera detonación y luego en el resto del trayecto escucho las detonaciones en la chapa del auto; en otro momento me chocan de atrás, lo vuelvo a poner en marcha, y ahí siento más detonaciones y un ardor en la pierna. Cuando me toco tenía sangre y le comento al chico que iba conmigo (Moral) que me dispararon en la pierna y el me dice que sigamos, que no pasaba nada. Después me chocan sobre Santa Rosa y no logran sacarme de la ruta mía y sigo hasta Pellegrini para tomar 20 de junio, agarro la ruta, doblo en Córdoba. No recuerdo en qué momento dejan de perseguirme, pero yo seguí escapando y cuando no los vi más me encontré lastimado en el parque industrial y freno mi vehículo. No identifiqué a nadie y los últimos disparos fue pasando Santa rosa y Anadón”.
En este sentido, el juez Pedro Fernández remarcó una “inconsistencia con su anterior declaración porque dijo que los disparos cesaron en la calle Córdoba y acá dijo que Santa Rosa y Anadón”, y Badilla aclaró que “en un momento no sé si son detonaciones o no, seguí escuchando ruidos, pero no puedo asentar que haya sido un disparo porque no quiero ensuciar a nadie que no tenga necesidad que se lo merezca. Hoy recuerdo claro que hubo disparos en Santa Rosa y Anadón y si los demás fueron disparos o no o fueron al aire, no lo recuerdo. Yo puedo afirmar que íbamos moral y yo. Yo no dispare. Cuando recibo el disparo mi nerviosísimo y no puedo decir qué es lo que mi compañero iba haciendo. Cuando me chocan de atrás, él estaba resguardándose, y el otro episodio, no recuerdo bien en qué ubicación, cuando llego a Córdoba y Ushuaia venia un vehículo a mi derecha y lo ve a él en la misma posición y no sé si dispara o no”.
Badilla sostuvo que tuvo que acelerar su marcha “porque supuse que venía más gente de las que entraron a mi casa. Aceleré por miedo y no tengo problema en decirlo. Cuando yo aceleraba, el otro auto acelera aún más. El auto siempre estuvo atrás nuestro. No sabía si Moral portaba un arma y tampoco sé si en su casa de 20 de junio tenía arma. En ese momento en su casa tenía un arma antes de salir en el auto. No sé si la llevaba en el auto, en su casa tenía una pistola cromada estilo 9 milímetros, pero no sé si la llevaba en el auto. Recuerdo que en mi auto había dos balas calibre 22 que eran mías. A Moral ni lo vi ni lo escuché disparar. Yo no lo vi”. Badilla “aclaró” que las balas que tenía en su poder era porque confeccionaba collares “de ese estilo”.
En este sentido, reiteró que “escapé porque yo no sé quién venia arriba del auto si eran amigos, primos sobrinos ni nada. Escapé porque tenía miedo desde el primer momento que ingresaron estas personas a mi casa. Desde el momento que me disparan puedo asegurarle que me querían lastimar”.
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