Hace un año atrás, pasadas las 14:00h de la tarde, el fuerte estruendo de una avioneta sanitaria sorprendió a todos los vecinos de la ciudad de Río Grande, la cual cayó en la Base Aeronaval y de forma instantánea fallecieron sus cuatro ocupantes, entre ellos estaba el capitán Claudio Canelo, su copiloto Héctor Vittore, el Dr. Diego Ciolfi y la enfermera Denis Torres García.
El viernes 1 de julio del año 2022, en horas de la mañana el Lear 35A LV-BPA, perteneciente a la empresa Flying América había salido desde Comodoro Rivadavia con el fin de trasladar a un paciente menor de edad hacia nuestra provincia.
En esa línea, la aerolínea en el despegue de regreso al sufrir inconvenientes. no pudo realizar la maniobra con éxito y se estrelló en la Base Aeronaval a los pocos segundos de elevarse.
Rápidamente, se desplego un amplio operativo en el lugar, donde trabajaron la PSA, Bomberos Voluntarios, de la Policía, Defensa Civil y Uniformados de la Comisaría Tercera, y de forma posterior se cerró el aeropuerto a la espera de una definición por parte de la Junta Nacional de Investigación de Accidentes de Aviación Civil.
En un primer momento, se dedujo que un desperfecto en el motor izquierdo fue lo que provocó que la avioneta se cayera desde ese costado, como también el incendio de la misma.
Un día después del fatal siniestro, integrantes de fuerzas de seguridad locales retiraron los cuerpos de las cuatro víctimas y todas las tareas fueron supervisadas por miembros de la Junta de Seguridad en el Transporte (JST) que arribaron en hora de la madrugada a la provincia, lo cuales después se abocaron a los primeros peritajes sobre la aeronave siniestrada.
Una vez que los restos fueron llevados al Hospital Regional Río Grande, posteriormente se los trasladó a la Morgue judicial de la provincia y tras la autopsia los restos fueron enviados al norte del país para ser entregados a sus familiares.
Cuatro días después del hecho, la Jueza de Instrucción Mariel Borruto, indicó que partes del fuselaje iban a ser enviadas a Buenos Aires algunas y otras a Estados Unidos, pero de igual forma la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y miembros de la Policía Científica de Tierra del Fuego continuaban con las diligencias para determinar las causa, siendo supervisados por la Justicia Federal y la Junta de Seguridad de Transporte.
Con el pasar de los meses, en febrero de este año, Mónica Ferrara, madre de la enfermera fallecida, se refirió a la lentitud que había sobre la investigación que venían llevando los organismos responsables y dijo “no ha habido muchos avances hasta ahora. En realidad, para que la causa avance, hay organismos de investigación que no hacen las cosas a su debido tiempo. La Justicia depende de estos organismos para poder avanzar con la causa”, cuestionó.
Asimismo, mencionó que recién después de siete meses la caja negra había sido enviada a Estados Unidos para su análisis y dijo que “es una lucha incansable de reuniones en la Junta de Seguridad del Transporte, que pedalean porque un día falta una firma, otro día falta un papel” y enfatizó en el Gobierno de Provincial ya que, nadie se había comunicado con ninguna de las familias “nunca se comunicaron con nosotros, nadie se comunicó con nosotros. Ella prestaba servicios de manera privada como monotributista”, manifestó.
Recién el 21 de marzo de este año, la Junta de Seguridad en el Transporte (JST), comunicó que desde la National Transportation Safety Board (NTSB) de los Estados Unidos, que habían enviado un informe digitalizado y encriptado de los resultados de la caja negra de la aeronave Learjet LJ35A, matrícula LV-BPA.
De igual forma, desde Junta de Seguridad en el Transporte indicaron que el equipo de la caja negra tenía una gran cantidad de daño por el fuego y se la sumaba que contenía un registrador antiguo “luego de un primer análisis y ante la imposibilidad de los proveedores locales de intervenir un equipo con este nivel de daño, la JST decidió enviar el equipo a la NTSB en los Estados Unidos”, indicaron en ese entonces.
El 9 de marzo del corriente año, se efectuó la desgrabación de la cinta donde se hizo de público conocimiento la última expresión que pudo comunicar el piloto Claudio Canelo “¡Nos matamos gordo!”, esa fue lo último que se le escucha decir al capitán del Lear Jet sanitario durante el despegue de la aeronave.
También se pudo saber que, durante todo el momento de maniobra de carreteo, el piloto y copiloto habían mantenido un diálogo normal, sin que ninguno de los dos manifieste algún tipo anormalidad técnica, pero a los pocos segundos del despegue, el piloto exclamó su última comunicación antes de que se interrumpa y se produzca la tragedia.
El 13 de marzo, el Dr. Francisco fue contratado por la familia de la enfermera fallecida y asumió ser querellante en representación de los padres de Denis Torres “se me dio acceso a la causa por lo tanto estamos en pleno estudio de todo lo que se ha realizado”, indico el magistrado ese momento.
Hoy al cumplirse un año desde este trágico accidente, el Dr. Francisco Ibarra habló sobre los avances que hay en la causa y dijo “todavía no están establecidas las causas de este accidente. Pueden ser causas mecánicas, humanas o una conjunción tanto mecánica como humana. Esto es objeto de investigación y la demora es producto de la misma complejidad. Nada justifica esta demora, pero es necesario saber qué es lo que pasó con los motores”.
Enfatizando en lo que ha realizado hasta el momento la Junta de Seguridad en el Transporte “hasta el día de la fecha tenemos las grabaciones de cabina, pero esto no nos dice qué es lo que ha sucedido porque el piloto y copiloto no tuvieron tiempo para manifestar qué es lo que ha sucedido. Está faltando la desgrabación de los motores y cabe remarcar que los motores tienen una cinta y esa desgrabación se realiza en Estados Unidos, todavía no se llevó a cabo”.
Agregando que “se hizo la de un motor, pero el motor que entendemos que fue el que produjo este viraje hacia a la izquierda, por su daño, no ha podido ser abierta. Una vez que tengamos esa desgrabación del motor, se van a realizar las pericias de la aeronave y de los motores como para determinar cuál ha sido la causa”.
En este sentido, remarcó que aún no cuentan con “conocimiento sobre qué es lo que pasó y porque se produjo ese viraje del avión. La investigación no está detenida, estamos avanzando en todos los otros aspectos que hacen al mantenimiento de la aeronave, los services, los viajes que realizaron y quiénes han sido los pilotos que han intervenido con anterioridad”.
A su vez, detalló que “se han pedido datos y toda la documentación que hace a esta aeronave, como las capacidades de los pilotos y copilotos. También se hizo la autopsia para ver si estaban en condiciones. Lo que necesitamos, y es fundamental para avanzar en la pericia mecánica, es la desgrabación de los motores, para continuar en la cuestión pericial mecánica. Por la información que tenemos, y que está en el expediente, es que tenían experiencia y estaban habilitados, uno de ellos era instructor y ambos habían volado esta aeronave justamente”.
Sobre las conversaciones que mantuvieron los pilotos, sostuvo que “fue muy poco lo que el piloto y copiloto hablaron respecto del vuelo. De esos audios no surge cuál ha sido la causa del siniestro porque no mencionan qué es lo que pasó. Uno alerta al otro anticipando la tragedia, nada más”.
Finalmente, expresó que, si bien tuvieron audiencias “no tenemos la fecha de cuándo Estados Unidos tendrá la desgrabación de la cinta”, concluyó Ibarra.
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