El hecho
Amador fue considerado culpable del delito de homicidio agravado por haber sido cometido con ensañamiento y alevosía. Pasaron 13 años entre el crimen, cometido en junio de 2010, y la condena.
"El rechazo de su llamada y el conocimiento de que ella realmente estaba empezando a salir con otra persona, frente a su personalidad posesiva, extremadamente celosa y con poca tolerancia a la frustración, fueron sin lugar a dudas lo que desencadenó la trágica muerte de Marianela", argumentó en su voto el juez Hugo Navarro.
Para los tres jueces quedó probado el contexto de violencia de género en el que estaba inmersa Marianela durante el tiempo en el que conoció a su novio.
Sus amigos y la familia de la joven fueron clave para poder reconstruir los episodios de violencia que atormentaban a la joven. Pero sin duda, uno de los relatos más estremecedores del juicio fue el de otra ex pareja de Amador, con quien tuvo un bebé, y que expresó ataques muy similares a los relatados por Marianela a sus amigas.
Marianela Rago fue asesinada en junio de 2010.
"Francisco salía a la noche y discutían. Se enojó y le dijo que estaba mal de la cabeza, que estaba loca y con el dedo le pegaba en la cabeza todo el tiempo. Se quiso defender, le quiso pegar y le agarró las manos, le pegó un cachetazo a ella, la tiró al piso y sobre la cama, y sintió mucho miedo y le dijo “así le pegabas a Marianela” y él la miró con mucho odio", replica el testimonio en los fundamentos del fallo para argumentar la coincidencia en los vínculos violentos de Amador.
"Esa relación sentimental se volvió cada vez más conflictiva. Aquello que se había iniciado en Rio Grande, se agravó fuertemente en Buenos Aires, estando Marianela lejos de su familia. Se comprobó que Francisco Amador, lejos de acompañarla del modo que dijo en su indagatoria, terminó persiguiéndola y controlándola en todos sus pasos", describieron sobre la relación.
También hicieron referencia a la "furia" que desató al momento del femicidio: "Protagonizó episodios sumamente violentos con ella, la golpeó y amenazó en numerosas oportunidades, hasta el día que, por un ataque de celos y furia, produjo su muerte".
Respecto de las lesiones, consideraron que "quedó demostrado que el autor quiso matar, pero haciéndola sufrir, así lo revelan las reiteradas lesiones punzo cortantes que le causó a la víctima las cuales en su gran mayoría no tuvieron la profundidad suficiente para lesionar órganos vitales o arterias en su recorrido", describieron analizando las pericias y el relato de los forenses.
Además, quedó claro que para el tribunal los signos en la ropa hallada en la casa de Amador fueron una prueba clave para tomar su decisión.
"El agresor -con la víctima en el piso-, se colocó fuertemente encima provocando con la rodilla la lesión en el hígado. Curiosamente, el pantalón de Amador, tenía la rodilla refregada. Esto se vincula con la mancha de sangre que estaba a 20 cm del cuerpo de Marianela", puntualizaron.
Esa ropa, si bien no pudo extraerse material genético, fue determinante para ubicar a Amador en la escena del crimen. Es que estaba escondida, mojada, dentro de un canasto de ropa sucia, "fregada" y con la clara intención de ser ocultada.
Las manchas hemáticas habían sido lavadas y además, fregadas en zonas donde los peritos describieron que podrían haber tenido manchas de sangre, de acuerdo a la posición del hallazgo del cuerpo.
Además la presencia de fibras, pelusas y pelos, compatibles (solo algunas, en diámetro y color) con la alfombra de la casa de Marianela.
Patricia Zapata, la mamá de Marianela Rago, "fue un fallo justo". Y que estaban muy "conformes con los fundamentos".
Marianela fue asesinada. Encontraron su cuerpo el 28 de junio de 2010, cuando su hermano Matías fue a ver qué pasaba en el departamento 7° "A" que la chica alquilaba en la calle Tucumán 2080. Es que no la encontraban, no había ido a varios encuentros que tenía pautados y nadie sabía nada de ella.
La víctima estaba en el piso del living y, según la autopsia, murió degollada y con 23 puñaladas realizadas por una cuchilla, que desapareció del cajón de la cocina de la casa.
El médico forense Héctor Di Salvo, que hizo la autopsia, aseguró durante el juicio que "la causa de la muerte fue un degüello" y que, además, "tenía un desgarro en el hígado, que también puede ser una lesión idónea para provocar la muerte".
Amador siempre negó la violencia y acusó a sus amigos de tener celos de la relación que tenían. Además, durante todo el juicio, intentó desviar la acusación y responsabilizar a Marianela por su muerte acusándola del consumo problemático de sustancias. También intentó instalar la versión de que había entrado alguien ajeno al departamento y que esas personas serían las responsables del crimen.
Toda su coartada, las personas con las que dijo haber estado esa noche, desmintieron sus dichos. Nadie respaldó su testimonio ni consiguió amigos o conocidos que dieran una versión contraria a la violencia de género ejercida, no sólo contra Marianela, sino también contra su ex pareja, madre de su hijo.
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