Fue hace poco más de un mes que a Francisco Amador, el ex novio de Marianela Rago, lo sobreseyeron por cuarta vez por el crimen ocurrido en 2010 del que fue el principal (y casi único) sospechoso. Así, el caso donde hay evidencias de ADN y otros rastros que podrían identificar al asesino estaba al borde de quedar en la nada. Pero la Cámara del Crimen revocó esa medida.

Sobreseer a Amador (30) no fue lo único dispuesto por el fallo de la Sala VI de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional. También se solicitó la reconstrucción del crimen y el pedido de un informe de Facebook para ver si el imputado entró a la cuenta de la víctima.

Marianela Rago fue asesinada en junio de 2010. Su crimen sigue impune.

El sobreseimiento de Amador no fue apelado por la fiscal de la causa, Marcela Sánchez, pero sí por la abogada Verónica Cicchi, quien representa como querellante a la madre de la víctima, Patricia Zapata.

En la resolución, para los camaristas Julio Marcelo Lucini y Mariano González Palazzo, la decisión de sobreseer a Amador “es prematura, pues es pertinente subsanar las deficiencias resaltadas por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos de América en relación a los requerimientos a Microsoft, previo a resolver su situación procesal”.

Los jueces hicieron así referencia a un pedido que nunca fue contestado por Microsoft en forma satisfactoria para la Justicia argentina, respecto a poder desbloquear tanto la cuenta de mail que usaba la víctima como su Facebook.

“Existe certeza en cuanto a que Amador bloqueó su cuenta de Facebook tras la muerte de Marianela Rago Zapata, que trabajaba en IBM y estudiaba informática, y que sustrajeron, concomitantemente al evento, todos los aparatos electrónicos que habrían permitido determinar si el sábado o domingo 26 y 27 de junio de 2010 intercambió mensajes privados con la víctima”, explicaron los magistrados.

Siete años después, el crimen de una estudiante quedó al borde de la impunidad

La Cámara pidió además que la Universidad Tecnológica Nacional realice un peritaje de “triangulación fina” para determinar qué celulares se activaron los días 27 y 28 de junio 2010 en el domicilio de Marianela Rago Zapata y sus inmediaciones.

Así, la Sala VI le ordenó a la jueza de instrucción 15, Karina Zucconi, realizar una “reconstrucción del hecho” con “especialistas” para estudiar la mecánica descripta por el forense, las manchas de sangre en la escena y, sobre todo, determinar si las lesiones que presentaba Amador al momento de ser revisado cuando estuvo preso por el caso, pudieron haber sido causadas por la víctima al intentar repeler el el ataque.

Octubre de 2010. Pericias en el departamento de Marianela.

También pidieron que se cite a los expertos del Instituto Balseiro que trabajaron en la causa para que se explayen sobre una pericia específica sobre un pelo. Y que se realice “un peritaje de los cuchillos secuestrados en el domicilio” de Amador. Especialmente, uno que fue observado por el hermano de la víctima como igual al que faltaba del departamento de la chica.

Cinco son las evidencias científicas que durante la investigación se pudieron rescatar en la escena del crimen para poder hallar al autor del hecho, pero ya fueron cotejadas con Amador -quien incluso reconoció que seguía frecuentando a Marianela-, y otros posibles sospechosos, y siempre hubo resultados negativos. Tres de esas evidencias son perfiles de ADN que fueron hallados en diversos elementos secuestrados en la escena, la cuarta es una huella dactilar levantada de una lata de gaseosa y una huella parcial de una pisada de un zapato de trabajo en la alfombra.

Marianela Rago, la estudiante asesinada en Balvanera, junto a su familia.

Marianela tenía 19 años cuando la asesinaron. Su crimen fue descubierto por su hermano el lunes 28 de junio de 2010 en el departamento que la chica alquilaba en el piso 7 \"A\" de la calle Tucumán 2080, en Balvanera.

Según la autopsia, Marianela murió degollada y quien la asesinó le aplicó 23 puñaladas con una cuchilla como la que desapareció del cajón de la cocina de su casa.