La Dra. Indiana Guerreño, dialogó con FM Masters donde compartió su mirada como veedora del caso de Gina Cárdenas, quien mató a su expareja, Alejandro Ramón Báez, en un caso que conmocionó a la ciudadanía.
Cabe recordar que, en un fallo dividido, el Superior Tribunal de Justicia de Tierra del Fuego resolvió la semana pasada reducir de prisión perpetua a 8 años de cárcel la condena de Gina Alejandra Cárdenas, por haber matado a su pareja de una puñalada en el pecho, utilizando el atenuante establecido en el artículo 80, inciso 1, último párrafo del Código Penal.
En este escenario, los integrantes del STJ coincidieron en que no fue víctima de violencia de género por parte de Alejandro Ramón Báez, pero tres de los cinco jueces, interpretaron que hubo atenuación en el accionar de la homicida por su pasado traumático de sometimiento tanto en su infancia como en sus años posteriores.
Al respecto, la Dra. Guerreño, expresó que “estamos muy contentos y contentas porque Gina había sido condenada injustamente a prisión perpetua y hoy no está claro cuánto implica la prisión perpetua; algunos entienden que son 35 y otros 50 años. Esa sensación de incertidumbre es una pena en sí misma. Nos preocupa que la siguen culpando y la siguen condenando. Le bajaron la pena, pero implica una condena y lo que no se ve en el fallo que tiene cosas para destacar y cosas muy preocupantes como no considerar que ella se defendió. Analizan la prueban y dicen que no sufría violencia por motivos de género cuando la misma prueba da cuenta de esa violencia y esto es lo que más nos llama la atención; me refiero a cómo analizan los celos que él tenía para con ella y cómo analizan cuestiones que dan cuenta del circulo de la violencia. En la sentencia no hay una sola palabra de lo que cuenta Gina.”
Recordó que Gina “estaba en una habitación alquilada junto a esta persona y él estaba muy exaltado, ella quería irse -los testigos escuchan esto-, él se va a buscar un cuchillo a la cocina, vuelve con el cuchillo y en ese momento se produce el forcejeo y termina falleciendo el señor. Ella intenta reanimarlo para salvarlo, y todo el contexto demuestra que ella se estaba defendiendo. Se analiza como un homicidio clásico y estaban todos los parámetros dados para la legítima defensa, ella embarazada y tratando de sacarse a un varón de encima”.
La Dra. Guerreño lamentó que “la justicia lo que hace es decir que como ella no estaba con marcas de golpes físicos, entonces no es violencia de género. En el 2023, nos deja en un lugar bastante llamativa. Hay cosas que no se pueden discutir y la violencia por motivos de género no es solamente física. Terminan bajándole la pena y no entendiendo que era un hecho de legítima defensa por no encontrar como acreditado esa violencia; ese último pasito que faltó tiene que ver con costumbres muy arraigadas. Es una cuestión cultural en donde jueces y juezas no están extensos.”
La abogada Guerreño remarcó que “nosotras somos terceros imparciales, estamos como veedores. Nosotros no somos la defensa directa de Gina, pero habrá que ver si la defensa decide ir a la Corte Suprema. Estamos en contacto directo con la defensa. Entendemos que es un caso de justicia errónea”.
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