En medio de inconvenientes con el servicio de Internet que dificultaron los contactos por videoconferencia, el Tribunal de Juicio en lo Criminal de la ciudad de Río Grande tiene previsto reanudar hoy el juicio que se vio interrumpido el pasado viernes. Faltan declarar otros dos policías como testigos.
Las audiencias pasaron a un cuarto intermedio el pasado viernes, luego de que declararan efectivos policiales de la Comisaría IV y de la División Delitos Complejos. Los uniformados contestaron preguntas acerca del análisis efectuado sobre las cámaras de seguridad instaladas en las proximidades del domicilio del barrio Margen Sur donde tuvo lugar el asesinato de Moledo el 9 de septiembre del año pasado.
En tanto, la fiscal Laura Urquiza, que se encontraba aislada en forma preventiva debido a un contacto con una persona diagnosticada de COVID-19, también debió participar del proceso de manera virtual, indicaron voceros judiciales. Sin embargo, los inconvenientes en la conectividad obligaron a los jueces Eduardo López, Juan Varela y Martín Bramati, a pasar a un cuarto intermedio hasta hoy a las 9, en que se espera la declaración de los últimos dos policías convocados al juicio.
Sobre la trama del homicidio, el juez de instrucción Daniel Cesari Hernández demostró que la hijastra de Moledo, Oriana Milagros González, de 18 años, había dado a luz a una criatura pocos meses antes del crimen, y se la había entregado a una familia de conocidos (los tíos de su mejor amiga) quienes intentaron inscribirla como una hija propia.
Cuatro de los integrantes de esa familia: Gastón Eduardo Blanco, su hijo de 17 años y sus dos cuñados (Juan Ramón y Juan Manuel Gómez) fueron procesados como autores o partícipes del asesinato.
Una de las hipótesis del hecho es que Moledo reclamaba por su nieto entregado a esta familia sin los procedimientos legales, y que la mataron porque amenazó con revelarlo a las autoridades.
Juan Ramón Gómez fue el único de los acusados que aceptó prestar declaración indagatoria al comienzo del juicio: se declaró culpable y admitió haber sido quien apuñaló a la mujer.
Según la acusación promovida por la fiscal Urquiza, los tres adultos son responsables de “haber matado a la mujer, previo acuerdo y división de tareas y roles”, mientras que el menor “brindó la ayuda necesaria para que se consumara el delito”.
Los acusados participan del juicio desde la Unidad Penitenciaria de Río Grande y todos están acusados del delito de “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas, en calidad de coautores”, con excepción del menor a quien se le atribuye una participación secundaria.
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