El canciller Santiago Cafiero reivindicó la causa Malvinas como uno de los "pilares de la política exterior de Argentina", ratificó que el Gobierno nacional continuará "sensibilizando a la comunidad internacional" para lograr sentar a Reino Unido a una mesa de negociación. "Londres todavía debe explicar al mundo el envío de armamento nuclear durante el conflicto bélico del Atlántico Sur", sostuvo.
El canciller Santiago Cafiero reivindicó este miércoles la causa Malvinas como uno de los "pilares de la política exterior de Argentina", ratificó que el Gobierno nacional continuará "sensibilizando a la comunidad internacional" para lograr sentar a Reino Unido a una mesa de negociación, y aseguró que Londres "todavía debe explicar al mundo" el envío de "armamento nuclear" durante el conflicto bélico del Atlántico Sur.
En diálogo con Télam, Cafiero pidió a los argentinos "abrazar a los excombatientes y a las familias de los caídos", quienes sufrieron el "padecimiento más crudo" de la guerra iniciada el 2 de abril de 1982, de la que el sábado próximo se cumplen 40 años.
El canciller confirmó además la tercera etapa del Plan Proyecto Humanitario (PPH), iniciado por el Gobierno nacional en 2012 para la identificación de los restos de soldados argentinos que aún permanecen enterrados sin nombre en el Cementerio Argentino de Darwin, y advirtió que la relación bilateral con Reino Unido "nunca será completa" mientras no se resuelva la disputa de soberanía sobre el archipiélago.
-Télam: ¿Qué resignificación adquiere la Causa Malvinas a 40 años de la guerra del Atlántico Sur?
-Santiago Cafiero: La resignificación es integral. Lo primero es abrazar a los excombatientes, a las familias de los caídos en combate porque ahí está el padecimiento más crudo de la guerra del Atlántico Sur. Lo segundo de esta integralidad es entender que la causa Malvinas no es la guerra exclusivamente; es una causa que se extiende en nuestra historia. Hace 189 años la corona británica usurpó parte del territorio argentino y de ahí en más Argentina nunca dejó de reclamarlo por la vía diplomática y amparándose en el derecho internacional. Solo durante una dictadura militar se recurre al uso de la fuerza, pero la tradición de Argentina siempre fue la búsqueda de una solución definitiva a partir de la diplomacia y de una resolución pacífica.
-T: ¿Cómo gravitó la guerra en la histórica estrategia diplomática del reclamo?
-SC: Hasta la guerra había una búsqueda de una resolución del conflicto de otro modo, había vuelos del continente a las islas, se había logrado izar las dos banderas en las islas, había otra situación. La guerra naturalmente puso todo eso en otro plano y el Reino Unido nunca más volvió a sentarse con Argentina. A partir de la guerra, Reino Unido quiso dar por saldada la discusión de soberanía. Sin embargo, Naciones Unidas en septiembre de 1982 volvió a plantear que Reino Unido y Argentina debían sentarse a negociar una solución definitiva sobre la soberanía de las islas. Hoy seguimos recibiendo el apoyo de la comunidad internacional, de los foros de descolonización porque esto es un colonialismo en el siglo XXI. Seguimos reclamando la soberanía plena de todo nuestro territorio porque todavía Argentina tiene una parte de su territorio usurpado.
-T: ¿Piensa que, tras el proceso de desmalvinización que experimentó la sociedad argentina, hoy existe una nueva conciencia social respecto a Malvinas?
-SC: Yo no tengo dudas que la inmensa mayoría de los argentinos tenemos conciencia plena de que parte de nuestro territorio está usurpado y de que queremos tener soberanía plena de todo nuestro territorio. Los argentinos sienten un profundo dolor cuando piensan en la guerra y en esas ausencias. Es cierto que a lo largo de estos 189 años hemos tenido muchos gobiernos, algunos avanzaron a mayor ritmo y fueron más vehementes en el reclamo que otros. Yo creo fervientemente que la gran mayoría de argentinos y argentinas tienen otro pensamiento y defienden nuestra bandera.
-T: ¿La creación del Consejo de Malvinas pone a resguardo el reclamo soberano como política de Estado?
-SC: Uno de los pilares de la política exterior argentina a lo largo de los años ha sido el reclamo irrestricto de la soberanía plena de las Islas Malvinas, de los espacios marítimos circundantes y de todos sus recursos naturales. Tendrá velocidades e intensidades, pero siempre estará presente. El Consejo genera una instancia de participación transversal. Lo que el Presidente (Alberto Fernández) busca cuando por ley conforma el Consejo es continuar atornillando esa política de Estado y, a su vez, ampliándola para que tenga una participación plural. Es avanzar con otro volumen en cuanto a incorporar más voces que reflejen la Causa Malvinas.
-T: ¿Qué otros avances concretos destacaría en relación a la cuestión Malvinas en estos dos años de gestión?
-SC: La creación nuevamente de la Secretaría Malvinas, primero con Daniel Filmus al frente, y ahora con Guillermo Carmona; el trabajo desarrollado en los diferentes foros multilaterales, es decir, continuar año a año consiguiendo la votación y el apoyo de la comunidad internacional. Hemos recibido el apoyo de China y el G77, de la Organización de Estados Americanos -donde están Canadá y Estados Unidos también rubricando el reclamo de la Argentina- del Mercosur, de la Celac. Este año volvemos a insistir en el Consejo de Descolonización de la ONU. Argentina continúa avanzando en todas las dimensiones de política exterior sensibilizando sobre un tema que consideramos tiene que volver a ponerse con mayor energía porque no se puede continuar con un colonialismo en el siglo XXI, esto no es parte de los avances y valores que se expresan a partir del multilateralismo que todos los países del mundo decimos practicar y desear.
-T: Sin embargo, a pesar del respaldo de la comunidad internacional, Londres sigue negándose a ir a una mesa de negociación. ¿Qué posibilidades hay de ejercer otras acciones que la obliguen a hacerlo?
-SC: La diplomacia se abre camino de ese modo. En Europa -que siempre estuvo distante (de la controversia)- hemos logrado que cuatro expresidentes españoles se pronuncien a favor del reclamo argentino, pidiéndole a Reino Unido que vuelva a la mesa de discusión diplomática. Esos son los avances que se van teniendo. Debemos seguir trabajando en dos dimensiones: continuar sensibilizando a la comunidad internacional para presionar al Reino Unido a cumplir con el mecanismo que Naciones Unidas estableció en la Resolución 2065 de 1965. Y seguir demostrando que Argentina tiene una actitud abierta y pacífica, por ejemplo, a la hora de ofrecer vuelos humanitarios del continente a las islas, o de avanzar con políticas de respeto a los isleños desde una apertura hacia Argentina y el continente.
-T: ¿Qué novedades hay respecto al inicio de la tercera etapa del Plan Proyecto Humanitario para identificar los restos de soldados caídos en Malvinas?
-SC: La identificación de los soldados que están haciendo el Comité Internacional de la Cruz Roja y el Equipo Argentino de Antropología Forense es muy importante, reparatoria. Permite que las familias que han tenido pérdidas y que todavía continúan con ausencias insoportables puedan cerrar esos círculos de duelo. Es un trabajo que ya terminó su segunda tarea en diciembre (pasado) y del que me tocó ahora sellar la tercera parte cuando estuve en febrero en Ginebra (sede de ese organismo). Su inicio dependerá de los tiempos más administrativos y que tiene que ver con disponibilidades, pero la voluntad política de hacerlo se selló y eso es ya importante.
-T: ¿Cómo definiría la relación actual con Reino Unido?
-SC: Incompleta, nunca se va a poder completar esa relación hasta que nosotros tengamos resuelta la cuestión de soberanía sobre las islas. Hay un capítulo de esa relación que es una vulneración sobre nuestro territorio que Argentina sigue reclamando. Hasta que eso no se resuelva la relación siempre va a ser incompleta y va a estar por debajo de lo que podría ser.
-T: ¿El Gobierno va a insistir con la posibilidad de que una aerolínea de bandera haga vuelos directos del continente hacia las islas?
-SC: Esos son siempre ofrecimientos que Argentina ha hecho para mostrar la buena voluntad de nuestro país y para que mejore la conectividad de los isleños. Siempre nos ha parecido que esa es una alternativa válida que en su momento existió, que la guerra interrumpió y que sería muy bueno poder recuperar.
-T: ¿En qué instancia está el reclamo de Argentina al Reino Unido para que informe sobre el envío de arsenal nuclear a Malvinas durante el conflicto bélico del Atlántico Sur? ¿Hubo alguna respuesta al respecto?
-SC: Todavía no. Es algo que está en el canal diplomático. Hubo una descalcificación de documentos que hizo que tomara conocimiento público algo que siempre el Reino Unido había negado, que sí sucedió y está documentado: hubo buques que vinieron con armamento nuclear al conflicto del Atlántico Sur, que no sólo pusieron en un riesgo desconocido a los isleños, sino también a la Argentina y a todo el Atlántico Sur. Eso es algo que todavía Reino Unido debe explicar al mundo. Hay registros imprecisos pero que hablan de la potencialidad de una Hiroshima a veinte Hiroshimas en el Atlántico Sur.
-T: ¿Qué Gran Bretaña sea miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU representa un freno al reclamo soberano argentino?
-SC: Eso le da otro peso, pero en ese mismo Consejo de Seguridad hay países que firman los reclamos de la Argentina, EEUU por ejemplo es uno, China es otro. Es decir, el trabajo de sensibilización de la diplomacia argentina generó contradicciones en el seno del poder global y ese es un primer paso muy importante. Hemos logrado que muchos de esos países que están sentados en esa misma mesa hagan planteos concretos con respecto a Malvinas y a la soberanía argentina sobre las islas.
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