“La espera fue dolorosa, muchos años, pero dio sus frutos. Sentí tristeza y al mismo tiempo alegría porque pienso que él entregó su vida por la patria. De acá, del pueblo, salió el Sargento Cabral y ahora también tenemos a Marciano”, dice Jesús Verón (63), hermano menor de Marciano Verón sobre el momento en que se enteró que los restos óseos del soldado, fueron identificados en una fosa múltiple del cementerio militar de Darwin.
Identificar los restos de las tumbas
En el 2016, Argentina y Reino Unido suscribieron un primer acuerdo, por el cual se encomendó al CICR identificar los restos humanos de 121 tumbas en el cementerio militar austral, cuyas lápidas decían “Soldado Argentino Sólo Conocido por Dios”. En una primera etapa, los relevamientos permitieron identificar a 115 soldados argentinos. La semana pasada, en el marco de un nuevo acuerdo entre ambos países, se dieron a conocer los resultados de la exhumación de los restos de la tumba C.1.10. (cerca de la cruz mayor que preside el cementerio). Se identificaron seis soldados, entre los cuales, cuatro son de nuevas identidades, entre ellos Marciano Verón.¿Quién era Marciano Verón?
Marciano nació el 23 de julio de 1949, en la localidad de Saladas, Corrientes, tierra natal del Sargento Juan Bautista Cabral. Era el segundo hijo de ocho hermanos de María Verón y Bernabé Altamirano. “Tenemos el apellido de nuestra mamá, porque era antes así. Nosotros nos criamos en el campo y mis padres estaban ‘juntados’ y como mi papá trabajaba en zona rural, no estaba mucho en la casa”, cuenta Jesús.La infancia y adolescencia de Marciano fue muy humilde. “Mi mamá era ama de casa y papá iba a las cosechas. Los hermanos nos criamos todos juntos, en el campo y como digo yo, en la oscuridad. No teníamos luz, solo un mechero con kerosene, tampoco agua y vivíamos en una casa de adobe, pero a nuestra manera pienso que lo disfrutábamos”, añade.
A los 20 años Marciano, luego de hacer el servicio militar obligatorio decide continuar con la carrera militar e ingresa a la gendarmería nacional, en la categoría de Gendarme de Primera en la Agrupación 3° Mesopotamia Sur.
“Él hizo el servicio militar y luego decide seguir la carrera. Cuando se fue a la guerra estaba viviendo en Bariloche. En esa época, no era como ahora, nos enterábamos por carta o cuando mi hermano venía a vernos y nos contaba, a veces mucho tiempo después”, explica Jesús.
“Me avisan que había fallecido; yo no sabía que estaba allá”
Era un grupo de élite que surgió con la Guerra de Malvinas. Su nombre inicial era Escuadrón de Fuerzas Especiales 601 de la Gendarmería Nacional. Aunque oficialmente, este grupo comando fue reconocido cuatro años después, durante la presidencia de Raúl Ricardo Alfonsín, a través de Resolución del Ministerio de Defensa Número 499/86, y luego en el gobierno de Néstor Kirchner pasó a denominarse “Unidad Fuerzas Especiales Alacrán”.Según la bibliografía de Diez, el 28 de mayo, durante el conflicto bélico con Reino Unido, 40 gendarmes partieron en un avión Hércules de la Fuerza Aérea rumbo al archipiélago del Atlántico Sur para luego, transportar en distintos helicópteros municiones. El 30 de mayo, un misil disparado por un avión inglés impactó en una de las aeronaves precipitando su caída en el monte Kent, de la isla Soledad, en las Islas Malvinas. Si bien el piloto logró evitar que el helicóptero se estrellara, a raíz de la cantidad de municiones que llevaba a bordo, comenzó a incendiarse. Seis gendarmes murieron en esa misión, entre ellos Marciano. Los sobrevivientes lograron replegarse en Puerto Argentino.
“Yo estaba en Buenos Aires trabajando, y me avisan que había fallecido. No sabía que estaba en Malvinas. Recuerdo que era el mediodía, yo trabajaba en un matadero y bajó el capataz y me avisó. Me fui a ver mi hermana a gendarmería a averiguar qué había pasado, fui con ella porque sabía leer”, explica Jesús y remarca que su mamá, había fallecido antes de la Guerra de Malvinas, por lo que no llegó a enterarse de la triste noticia de la pérdida de su hijo.
“Mi tío fue un héroe”
Transcurridos 37 años de la muerte del soldado, Jesús recibió una invitación especial: viajar al cementerio Darwin, en las Islas Malvinas, para honrar a los caídos en una ceremonia. “Tenía poco tiempo para organizarme, viajar desde acá a Buenos Aires es complicado, entonces les pregunté si podía ir mi hijo mayor y me dijeron que sí. Y fue él”, recuerda.Si bien los restos del soldado Verón no llegaron a ser identificados en la primera etapa de investigación del Comité Internacional de la Cruz Roja, Jesús y Daniel nunca perdieron las esperanzas de identificar los restos de Marciano y ellos mismos fueron dadores de sangre para cotejar el ADN.
“Cuando me avisaron que lo habían encontrado, me sentí aliviado. Hace 39 años que no sabíamos dónde estaban”, dice Daniel y cuenta que, con la familia, decidieron que los restos de su tío permanezcan en el cementerio militar junto a sus compañeros, aunque ahora en una tumba con su nombre.
“Los restos van a quedar allá, en el cementerio Darwin, cerca de sus compañeros, con los que estuvo los últimos 39 años, aunque ahora en una tumba con su nombre”, dice Jesús. En 1982, por el enfrentamiento bélico con Reino Unido, murieron 649 soldados argentinos. A través del Plan Proyecto Humanitario Malvinas se permitió saldar una deuda histórica con aquellos héroes que entregaron su vida por la patria lográndose identificar, hasta el momento a 119 combatientes argentinos caídos.
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