El 2 de abril de 2022 se cumplirán 40 años del comienzo de la Guerra de Malvinas, uno de los capítulos más duros y difíciles de la segunda mitad del siglo XX en Argentina. El conflicto se extendió entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982, durante la última dictadura militar en Argentina, y el doloroso saldo fue el de 649 soldados argentinos que fallecieron en el lugar, además de 255 combatientes británicos y 3 civiles isleños.
Pero la Guerra de Malvinas no terminó ese 14 de junio, y la causa sigue más viva que nunca. En los ex combatientes que pudieron regresar a sus casas –tristemente muchos de ellos no pudieron sobreponerse a las consecuencias y se quitaron la vida en los años posteriores- o en los familiares de los caídos que no pudieron volver de las islas argentinas del Atlántico Sur. Pero también en aquellos combatientes que, día a día, hacen todo lo posible –y más- por mantener activa en la memoria popular la “gesta de Malvinas” como muchos de ellos suelen llamarle.
“No Me Olvides” es una de las fundaciones integradas por quienes combatieron en Malvinas, y son ellos quienes impulsan –junto a distintas cámaras y grupos de cerveceros artesanales de todo el país- una particular y destacable iniciativa: elaborar una cerveza conmemorativa para cuando se cumplan los 40 años de la Guerra de Malvinas y que llevará por nombre “40 No Me Olvides”.
“Los cerveceros artesanales tienen una particularidad y es esa camaradería que siempre los impulsa a compartir sus creaciones con el otro y a siempre estar activos. Y la idea de hacer una cerveza conmemorativa tiene que ver con el recuerdo permanente, con poder brindar por los compañeros que no pudieron regresar. Y que, además, cada una de las personas que participe en su elaboración y que tome la cerveza sepan de qué se trata”, destaca el presidente de la fundación “No Me Olvides”, Julio Aro (60), quien es ex combatiente de Malvinas y profesor de Eduación Física.
En Mar del Plata y en Neuquén, las cámaras de cerveceros artesanales ya elaboraron sus productos alusivos entre abril y junio de este año y repetirán la experiencia el año próximo y cuando se cumplan los 40 años. Pero la intención de “No Me Olvides” y de los cerveceros que impulsan la iniciativa es que se sumen todas las provincias, que en cada una se elabore –al menos- una “No Me Olvides” de cualquier variedad. Y, de ser posible, llegar a las 40 cervezas.
“La idea es que sea una cerveza con una connotación sentimental. Cada uno le buscará su nombre, pero la idea es que se mantenga el ‘No Me Olvides’. Está la intención de que lo que se recaude –ya sea todo o una parte- se destine a las necesidades de las familias de los ex combatientes. Pero el objetivo principal no es recaudar, sino mantener el recuerdo y llevarlo, en este caso, a una cerveza”, agregó Aro, quien nació en Mercedes (Provincia de Buenos Aires) y vive en Mar del Plata.
LA MEMORIA DE LOS EX COMBATIENTES EN UNA CERVEZA
La iniciativa de la cerveza es solo una de las acciones que la fundación y otros grupos de ex combatientes tienen en mente para cuando se cumplan cuatro décadas del conflicto bélico. Incluso, “No Me Olvides” ya ha llevado adelante distintas acciones, entre ellas una de las más importantes y que ha permitido identificar los restos de 119 soldados argentinos que cayeron en Malvinas y que no habían sido identificados.
“Quienes comenzaron con la idea fueron los integrantes de la Cámara de Cerveceros Artesanales de Mar del Plata, quienes recibieron a Julio (Aro, de “No Me Olvides”), se pusieron al tanto de la idea y cocinaron una primera cerveza conmemorativa el 2 de abril de este año. Cuando nos contaron, nosotros nos sumamos también y cocinamos una propia. E invitamos a Julio cuando pinchamos los barriles”, explicó por su parte Alejandro Larrainzar, quien fabrica su propia cerveza (Fantasma) y es parte del grupo de Cerveceros Cordilleranos de Neuquén.
El 2 de abril de 2020, miembros del grupo –que nuclea a 20 cervecerías de la cordillera neuquina, desde Villa Pehuenia hasta Villa La Angostura- comenzaron a cocinar la primera edición de la cerveza “No Me Olvides” en esa región (más precisamente en Villa Meliquina), y la sacaron para consumo entre junio y julio. “Hicimos 1.150 litros en esa primera tirada y la vendimos en toda la cordillera de Neuquén. Donamos todo lo que se recaudó con la venta de esas cervezas para ayudar a los familiares de los ex combatientes. Pero lo que más buscaba la fundación era difundir la historia y la gesta de Malvinas. Y no olvidar”, rememoró Larrainzar, quien además es apicultor y elabora su propia miel.
De cara al 2 de abril de 2022 –fecha exacta en que se conmemorarán los 40 años del inicio de la Guerra de Malvinas-, los cerveceros de Mar del Plata y de Neuquén (que repetirán la elaboración) quieren sumar a cerveceros de todo el país. “Hemos creado una página para que se anoten cerveceros de todo el país. La idea es tener una recopilación de todas las personas que se pongan a cocinar esta cerveza, que se elaborará entre el 2 de abril y el 14 de junio (NdA: ese día, en 1982, se declaró oficialmente el final de la guerra). Porque a los cerveceros nos tirás la idea de hacer cerveza y ya estamos haciendo fuego. Nos gusta conocer, compartir. Y la Guerra de Malvinas fue algo federal, en todas las provincias hay o hubo un ex combatiente, alguien que perdió un hijo o un familiar”, agregó el cervecero neuquino.
Por medio de la web www.40nomeolvides.com.ar , los interesados en sumarse a la iniciativa de las 40 cervezas para conmemorar a los ex combatientes pueden anotarse. Deben llenar un formulario de Google y allí encuentran, además, un resumen con la historia y fotos de las cocciones.
Si bien las dos cervezas que ya se elaboraron este año en la experiencia piloto fueron Honey Beer, no hay una única variedad; sino que cada uno puede elaborar la cerveza que quiera. En ese sentido, otro de los objetivos es cada cerveza de cada región cuente con un condimento propio y autóctono. “En Mar del Plata, por ejemplo, le pusieron pétalos de flores que donó un vivero. Los Cerveceros Cordilleranos, en tanto, hicimos una Honey con miel mía y le pusimos sauco, que es un fruto de la región. La propuesta es que cada lugar le ponga un condimento propio, con la particularidad de ‘No me Olvides’”, agregó el cervecero del Sur.
Si bien no es el fin principal –ya que la idea es mantener siempre presente a quienes fueron a Malvinas-, con lo que se pudo recaudar de las primeras versiones de la cerveza conmemorativa se logró ayudar a la familia de uno de los caídos. Más concretamente se pudo comprar un nuevo audífono para la mamá de un soldado chaqueño que murió en la guerra.
“NO ME OLVIDES” YA RECONOCIÓ A 119 SOLDADOS CAÍDOS
La fundación “No Me Olvides” nació en el 2008. Ese año, Julio Aro tomó una de las decisiones más difíciles que le puso la vida adelante luego de la guerra de 1982: regresó a las Islas Malvinas. “Siempre digo que fui a buscar al Julio que dejé allá en 1982. Estuve una semana en Malvinas y estuve en los lugares donde había enterrado a mis compañeros, en el cementerio Darwin. Y allí me encontré con 122 placas donde se leía la leyenda ‘Soldado argentino solo conocido por Dios’. Eso me partió la cabeza, me di cuenta de que si me hubiese tocado quedarme, hubiese sido uno de ellos ya que no tenía mi chapita identificadora”, rememoró Aro sobre lo que lo motivó a crear la fundación.
De regreso en su casa, y tras conversar con su madre (“ella me dijo que si yo me hubiese quedado y fuese uno de ellos, ella no estaría ni un minuto sin buscarme”, recordó) se propuso buscar la manera de ver cómo devolverles la identidad a sus compañeros. Así fue cómo surgió el primer proyecto que llevó por nombre Identidad Compartida. “Consistió en organizar charlas de las que participaba la mamá de un soldado caído argentino y de un soldado caído británico. La pregunta tenía que ver con qué país había ganado la guerra y la respuesta era ‘ninguno’, porque todos los familiares habían perdido a sus seres queridos”, recapituló Aro.
Con este proyecto llegaron a Inglaterra –donde participaron de distintas charlas. Y así fue como Julio cruzó su camino con una persona que terminaría por ser clave en la identificación de los argentinos caídos: Geoffrey Cardozo. “Geoffrey fue nuestro traductor durante todo el viaje y, en un momento libre, nos pusimos a hablar y él me contó que había recorrido todo el campo, que había encontrado los cuerpos y había participado del entierro de aquellos que no estaban identificados. Cuando nos estábamos por volver a Argentina, sacó del bolsillo de su sobretodo un sobre de papel madera y me dijo que era información que nos podía ayudar mucho. Cuando lo abrí, estaba el informe detallado de donde habían encontrado los cuerpos, las pertenencias, algunos números de las parcelas y fotos realmente muy duras. Y a partir de ese momento fuimos descubriendo y cruzando los números de documento”, siguió el presidente de “No Me Olvides”.
Si bien este fue un primer paso fundamental, hubo otro encuentro que terminaría por convertirse en el desencadenante de la histórica y ansiada devolución de identidades a aquellos “solados argentinos solo conocidos por Dios” por entonces.
“Identificamos el nombre de Gabino Ruiz Díaz y una pensión que se había generado con su documento y que se cobraba todos los meses en San Roque, un pueblo alejado de Corrientes. Viajamos hasta allá y encontramos a su madre. Nos recibió como si fuésemos sus hijos y nos contó que no sabía dónde estaba el cuerpo de su hijo. Y allí le contamos que teníamos la posibilidad de, con solo una gotita de sangre de ella, intentar confirmar el destino de su hijo. Y fue ella, Elma Peloso, quien dijo que sí y quien nos impulsó a movernos para buscar a cada mamá y a cada papá”, destacó Aro.
En 2017, 2018 y 2019 –con el trabajo de un equipo de Antropología Forense- se logró identificar a 115 soldados argentinos de aquellos 122 con quienes Julio Aro se encontró de frente y en tumbas anónimas. Mientras que en los últimos dos años se identificaron a 4 más.
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