En mayo pasado, al finalizar la campaña de verano 2020/21, se conoció una noticia que despertó la alarma de los especialistas antárticos argentinos. Un vuelo de Lufthansa contratado por el Instituto Alfred Wegener de Alemania hizo el trayecto directo desde el aeropuerto de Hamburgo hasta el de Mount Pleasant, Malvinas.
Ese vuelo trasladó a 92 técnicos y científicos que, a través del rompehielos Polarstern, tenían como destino final la Base Neumayer III, en la Antártida: fue la primera operación aeromarítima de este tipo, con capacidad de hacer ida y vuelta a Europa en entre 48 y 72 horas.
El vuelo de Lufthansa y el proyecto de la realización del puerto son indicios del comienzo de una política agresiva británica para captar clientes entre la comunidad antártica internacional. Un dato: varios de los países que reclaman soberanía sobre el continente blanco son del hemisferio norte y, para operar, necesitan de nodos logísticos más cercanos a la Antártida como Ushuaia, Punta Arenas u otros puertos sudamericanos.
Incluso se llegó a mencionar que el vuelo particular de Lufthansa fue como consecuencia de las dificultades propias de la pandemia, pero la empresa de aviación se contradijo cuando, en un comunicado, señaló que la operación se había preparado durante años.
Mirado bajo la óptica de los países del norte, algunas de las posibles causas para buscar otras soluciones logísticas están, por un lado, relacionadas con complicaciones administrativas y, por otro, con la importancia de reducir el costo de los fletes.
¿UNA OPORTUNIDAD ANTÁRTICA DESPERDICIADA? EL CASO CHILENO
Tierra del Fuego tiene condiciones geográficas y geopolíticas únicas para convertirse en puerta de entrada a la Antártida; de hecho, Ushuaia se encuentra a 1000 km del continente antártico. Esa proximidad le permitiría constituir una plataforma operativa, logística, académica para toda la comunidad nacional e internacional, transformando el país en un referente mundial.
Entre algunos de los servicios que podría brindar un polo logístico de excelencia en Ushuaia, se encuentran la facilidad de transporte, la posibilidad de montar un taller de reparaciones navales, la creación de una plataforma científica, de cámaras frigoríficas para muestras y víveres, como también de un depósito para carpas, vehículos e indumentaria polar, entre muchas otras cosas.
EL SISTEMA LOGÍSTICO ANTÁRTICO: UNA DEUDA NACIONAL
Alejandro Bertotto, exdirector provincial de Antártida de Tierra del Fuego y exjefe de la base antártica San Martín sostiene que de ninguna manera esto es nuevo y agrega que es algo que viene ya de principios de los 90, cuando la promulgación del Decreto 2316 estableció como objetivo logístico la ciudad de Ushuaia. “En la Antártida, en base Petrel, se preveía justamente la estación de terminal de cargas antárticas para, desde ahí, distribuir a las bases argentinas y extranjeras que contraten esos servicios. Lamentablemente, eso quedó en el año 98 terminado, con la aprobación del BID y con un pedido de financiación que estaba para ser otorgado, pero no se avanzó por parte de las autoridades argentinas”, dice el especialista.
De todos modos, cabe destacar que Argentina tiene una posición favorable caracterizada por su ubicación geoestratégica única en el mundo, una alta profesionalización técnica de sus recursos humanos militares y científicos, y una extensa trayectoria en el desarrollo de las campañas antárticas.
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