Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur van adquiriendo protagonismo geoestratégico como posible asiento logístico de la red satelital que proporciona servicios de comunicación a las fuerzas armadas británicas y a la OTAN en tareas de coalición.
El aumento del gasto de defensa del Reino Unido relacionado con el arsenal nuclear incluye la ampliación de la capacidad satelital de la constelación Skynet 5 y el desarrollo de la generación Skynet 6 A. La dependencia británica con los satélites norteamericanos y del sistema Maximator de países europeos en la guerra del Atlántico Sur (para la lectura de algoritmos criptográficos) fue detonante para la modernización de sistema satelital británico actual. En 1984 se lanzó la serie de Skynet 4.
El sistema Skynet 5, en órbita geoestacionaria, incorpora tecnología de avanzada en materia de comunicaciones, criptoanálisis, ciberseguridad y tácticas militares. El apoyo terrestre consiste en casi 100 plataformas o vehículos emplazados en una variedad geográfica que podría incluir Chipre, Gibraltar o Malvinas.
El sistema permite la operación de acciones militares específicas. Un ejemplo ha sido el uso de Reaper drones por pilotos británicos desde la base de Estados Unidos en Nevada. Esta capacidad satelital británica, utilizada en Afganistán, está en proceso de ampliación con el sistema Skynet 6 y la adaptación de otra constelación de satélites de observación incisiva marina y terrestre.
Un documento del Instituto de China del King College de Londres considera que Malvinas debería ser centro de recepción de la observación satelital de toda América del Sur, zonas marítimas circundantes y la Antártida en el marco de la constelación satelital Skynet. Ese enfoque se encontraría en implementación desde el desacople británico del programa espacial europeo y del sistema Galileo (GNSS). A partir de 2018 la Unión Europea retiro de Malvinas las estaciones de sensores (GSS) y equipos de telemetría y tele comando. También de Santa Elena y Ascensión. El Reino Unido ha estado reemplazado esos instrumentos en el marco del programa Skynet.
Una ampliación de la capacidad de recepción tecnológica satelital en la base militar de Mount Pleaseant, similar a la instalada en Gibraltar, significaría integrar al archipiélago a los propósitos de la alianza Five Eyes (Reino Unido, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelandia y Canadá. El objetivo central de la inteligencia militar de ese acuerdo, es China.
En este contexto, América de Sur debería seguir con atención las derivaciones del programa satelital británico en particular el uso de la órbita geoestacionaria (GEO) que es un recurso natural limitado, al borde de la saturación, en razón del número de satélites que se pueden instalar. El GEO es un ámbito espacial y no debería ser una esfera exclusiva de los satélites geoestacionarios como los Skynet. El 92% de los satélites que operan en esa órbita son de países desarrollados y la amplia mayoría de inteligencia militar y reconocimiento.
Es hora de revertir ese número y preservar el GEO para fines pacíficos como es el caso de ARSAT de Argentina. La órbita geoestacionaria, sobre el ecuador terrestre con la misma velocidad angular de la Tierra, es fundamental en la tele observación terrestre y marítima, meteorología, estructuras de energía solar, las multiplataforma y las estaciones orbitales. La militarización del espacio debería tener límites más definidos. Argentina debería levantar una bandera diplomática en ese sentido.
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