A comienzos de este año, una entrerriana, hija de un excombatiente de Malvinas recibió una sorpresiva noticia.
A través de WhatsApp, el inglés Mark Eyles Thomas, se comunicó con Virginia una joven de 30 años. Resulta que el veterano inglés, venia rastreando a la argentina con el propósito de devolverle el casco que había pertenecido su papá, Daniel Sírtori durante la guerra que enfrentó a argentinos y británicos en 1982.
Mark Eyles Thomas peleó en la guerra para el bando británico. Tiempo después, en 2007, decidió escribir un libro para contar historias de esa guerra y en una ocasión, firmando ejemplares de ese texto, un camarada de armas se acercó hasta él y le entregó algunos objetos que había guardado desde la guerra.
"Entre esas pertenencias había un casco. Mark recibe estas cosas, las guarda en su casa, pero no mira nunca en detalle si había alguna inscripción en esas cosas, si decía algo", cuenta Virginia durante una entrevista.
Durante ese proceso se puso en contacto con el investigador santafesino Agustín Vázquez, quien sigue de cerca la temática de Malvinas, que a su vez se comunicó con Virginia.
"Él fue el primero en contactarme para decirme que existía la posibilidad de que el casco de mi viejo estuviera en manos de un inglés y que tenía intenciones de devolverlo", explica la hija del excombatiente.
Y desde el primer momento no tuvo dudas: "Me mandó la foto y automáticamente veo y reconozco la letra. Definitivamente lo había escrito mi viejo. En ese momento se lo conté a mi mamá, a mi novio, y no lo podíamos creer".
"Jamás me puse a pensar dónde estaría ese casco, porque cuando ellos se rindieron en Malvinas los cascos y las armas iban tirados todos en un lugar, todos amontonados. Y que justamente alguien haya levantado un casco, y que sea el de mi viejo, fue un montón", dice la joven.
La historia de Daniel repite la de tantos otros excombatientes. Finalizado el conflicto volvió a su ciudad natal, donde desarrolló su oficio de mecánico y formó su familia hasta que el 3 de junio de 1999, cuando tenía 37 años, una esposa y una hija, se quitó la vida.
"Mi papá de Malvinas volvió, y luego vivió acá en Chajarí. Él era mecánico, tenía su propio taller, hasta que en el 99 tomó su decisión", cuenta Virginia.
La joven no llegó a escuchar muchos relatos sobre la guerra de boca de su padre, pero sus amigos le cuentan "que los ingleses eran muy buenas personas. Que los habían ayudado, que los habían tratado bien. Quedaron como palabras en ese momento, pero ahora se reflejan en un hecho".
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