
Las auditorías de las universidades públicas comenzarán esta semana, con foco en las facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA), según anunció Miguel Blanco, titular de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN). La UBA, que maneja uno de los presupuestos más grandes entre las casas de estudio del país, ha acumulado informes pendientes sobre sus cuentas. Este lunes, la SIGEN enviará una carta formal al rector, Ricardo Gelpi, para iniciar el proceso.
Blanco explicó que el trabajo de auditoría se enfocará primero en las universidades con mayor volumen presupuestario. “Vamos a priorizar a las universidades que tienen más recursos, y probablemente empecemos por la UBA", mencionó en una entrevista radial. Según detalló, el procedimiento comienza con un relevamiento de los procesos internos de cada unidad, seguido de la revisión de los controles sobre el manejo de fondos. Finalmente, se evalúa el funcionamiento de dichos controles y se emite un informe.
Este informe, que se elabora tras un análisis detallado de la documentación, movimientos de fondos y subcontrataciones, se discute primero con las autoridades universitarias y luego es elevado a instancias superiores, como la Presidencia de la Nación, la Jefatura de Gabinete, y la Secretaría General de la Presidencia. “También lo recibe el rector de la universidad auditada”, aclaró Blanco.
El titular de la SIGEN destacó que, en general, las universidades reciben de manera positiva el proceso de auditoría, ya que les ayuda a optimizar sus procedimientos. Además, señaló que los informes preliminares sobre las auditorías podrían estar listos en un mes. Estas auditorías se enmarcan dentro de una serie de trabajos solicitados por el presidente Javier Milei, como parte de un esfuerzo por transparentar el manejo de recursos públicos.
Blanco también se refirió a la reciente reestructuración del equipo de auditoría dedicado a las universidades, afirmando que “no podemos auditar todas las universidades al mismo tiempo, por lo que estamos armando un cronograma”. Además, subrayó que el trabajo se centrará inicialmente en aquellas universidades que no han presentado informes de sus cuentas en los últimos años.
En caso de encontrar irregularidades, Blanco aseguró que se cotejará la información con las autoridades auditadas para evitar malentendidos. Si se confirma la existencia de problemas graves, los informes serán derivados a la Oficina Anticorrupción y la Procuraduría de Investigaciones Administrativas.
Por último, Blanco aclaró que el objetivo principal de la SIGEN es evaluar la calidad del control interno en las universidades. Si se detectan problemas sin impacto económico significativo, se emitirán recomendaciones para su corrección. Sin embargo, en casos de malversación de fondos, las universidades serán denunciadas ante los organismos correspondientes.
Esta serie de auditorías busca garantizar la transparencia en el manejo de los recursos asignados a las universidades públicas, y forma parte de una iniciativa más amplia para fortalecer los controles sobre la administración pública en general.
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