La reducción de la jornada laboral y la implementación de una semana de cuatro días se han convertido en temas clave en varios países del mundo, y algunas empresas de renombre ya han comenzado a adoptar este modelo.

Esta iniciativa, orientada a mejorar el equilibrio entre la vida personal y laboral, ha mostrado resultados positivos en naciones como Bélgica, Islandia y Corea del Sur, donde se ha observado un aumento en la productividad de los trabajadores.

Expertos coinciden en que el futuro del trabajo estará marcado por una disminución en las horas laborales. Según un informe de la consultora Randstad, más de la mitad de los argentinos cree que en las próximas décadas se trabajará menos horas. El estudio, realizado en colaboración con la Universidad de San Andrés (UdeSA), revela que el 66% de los encuestados piensa que en el futuro las jornadas laborales se reducirán, mientras que el 21% cree que se mantendrán como hasta ahora y solo un 14% estima que aumentarán.

En este contexto, el 56% de los participantes considera que en 20 años la semana laboral se reducirá a cuatro días. En contraste, un 10% cree que la carga horaria se distribuirá entre seis o siete días, pero con menos horas diarias.

El informe destaca que los empleados de grandes empresas tienden a ser más optimistas respecto a una posible reducción de horas de trabajo en comparación con quienes laboran en firmas más pequeñas. Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina, Chile y Uruguay, subrayó la importancia de la flexibilidad laboral en el futuro y destacó que tanto las competencias técnicas como las habilidades blandas serán cruciales para la empleabilidad.

A la hora de imaginar el trabajo del futuro, el 84% de los encuestados visualiza un entorno laboral con mayor flexibilidad que el actual. En cuanto al formato de trabajo, el 70% cree que el modelo híbrido será el predominante, mientras que un 24% piensa que el trabajo será completamente remoto. Solo un 2% considera que el esquema presencial será el dominante.

La escasez de talento, especialmente en el sector de tecnología y la creciente demanda de habilidades ligadas a la inteligencia artificial, plantea desafíos adicionales. Según Ávila, la rapidez de los avances tecnológicos contribuye a esta falta de personal calificado.

En cuanto a los modos de contratación, el estudio revela que la mayoría de los encuestados cree que el empleo del futuro estará marcado por el trabajo independiente y a tiempo parcial. El 70% estima que trabajará de manera autónoma para distintas empresas globales, mientras que un 18% se inclina por la independencia, pero a nivel local.

La relación de dependencia parece estar perdiendo popularidad, ya que solo el 9% de los encuestados prevé que seguirá siendo el modo preferido de contratación en grandes corporaciones, y apenas un 3% elegiría hacerlo en una PyME.

Este estudio arroja luz sobre las tendencias futuras del trabajo, donde la tecnología, la flexibilidad y el cambio en las preferencias laborales jugarán un papel clave en la evolución del empleo.