
El Gobierno Nacional ha dado inicio formal a las gestiones para privatizar Aerolíneas Argentinas, tras una serie de conflictos gremiales y demoras en la operativa de la compañía aérea de bandera. Aunque el proyecto no era prioritario en la agenda oficialista, la presión ejercida por los sindicatos ha acelerado los tiempos, y ahora la venta de la empresa se ubica entre los primeros temas a resolver.
Opciones sobre la mesa: ¿Qué sucederá con Aerolíneas Argentinas?
Fuentes del Ejecutivo señalaron que la idea original era avanzar hacia una privatización total, pero, debido a los plazos que implica este proceso, se están explorando alternativas para agilizar el cambio de gestión. Para que Aerolíneas Argentinas deje de estar bajo control estatal, es necesario que el Congreso apruebe la operación, algo que ya se intentó sin éxito a principios de año con la Ley de Bases.
A pesar de estos obstáculos, hay optimismo dentro del oficialismo sobre los números que podrían lograrse en el Congreso para aprobar la privatización.
Plan de contingencia: un “mientras tanto” para garantizar la conectividad
Ante la incertidumbre sobre el tiempo que podría tomar el trámite legislativo, el Gobierno analiza un plan de contingencia. Este consiste en permitir que otras aerolíneas operen las rutas de cabotaje que actualmente cubre Aerolíneas Argentinas, especialmente aquellas que son clave para la conectividad en el interior del país y que no cuentan con otras opciones de transporte aéreo.
La operación en el mercado de cabotaje, que representa entre el 60% y el 65% de las rutas nacionales, es considerada más atractiva para las aerolíneas que el segmento internacional, donde Aerolíneas solo controla entre un 20% y un 23% de los vuelos. El Ejecutivo confía en que otras compañías podrían asumir estas rutas sin mayores dificultades.
Reestructuración interna y reducción de costos
En el marco de la reestructuración, Aerolíneas ha reducido su plantilla de empleados. Durante la gestión libertaria, 1.500 trabajadores dejaron la empresa a través de retiros voluntarios y acuerdos prejubiliatorios. Para fin de año, se proyecta que la plantilla sea de 10.400 empleados, un 13% menos que en diciembre del año pasado.
Asimismo, la compañía ha logrado disminuir sus pérdidas operativas. En los primeros ocho meses del año, el déficit pasó de $295 millones a $84 millones, una reducción del 70%. El balance negativo de 2023, que fue de 390 millones de dólares, se espera reducir a la mitad al cierre de este año.
Prioridades del Gobierno
Aerolíneas Argentinas se ha convertido en una de las prioridades del Gobierno, que busca avanzar en su privatización mientras garantiza la continuidad de sus operaciones. Según fuentes de la Casa Rosada, el desafío actual es definir cómo será el "mientras tanto" hasta que se concrete el traspaso de la compañía.
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