El Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) fue reglamentado por el Gobierno Nacional este viernes. A través de esta normativa, se establecen beneficios fiscales, aduaneros y cambiarios para fomentar grandes proyectos de inversión en sectores estratégicos. A continuación, se detallan los principales aspectos del régimen que ya está en marcha y cómo busca atraer inversiones al país.
El RIGI está diseñado para ofrecer seguridad jurídica y fiscal a los inversores, bajo la idea de que la previsibilidad es fundamental para asegurar la confianza de quienes desean desarrollar proyectos a largo plazo en el país. Este régimen se enmarca dentro de las políticas del Gobierno de Javier Milei para incentivar la producción, aumentar el empleo y mejorar las exportaciones mediante la llegada de inversiones que puedan transformar sectores clave de la economía.
Estos son algunos de los beneficios específicos para cada sector:
Forestoindustria
- Incentivos para la industrialización y explotación de recursos forestales.
- Facilidades fiscales y aduaneras para la importación de bienes de capital y repuestos.
- Apoyo a proyectos relacionados con hospedaje y alojamiento.
- Exenciones impositivas y aduaneras para infraestructura turística.
- Beneficios para la construcción de redes y sistemas públicos y privados, incluyendo transporte, logística y proyectos de esparcimiento.
- Exenciones de derechos de importación para bienes de capital vinculados a obras de infraestructura.
- Fomento de la prospección, exploración, desarrollo y explotación de minerales.
- Exenciones de derechos de importación para maquinaria y repuestos utilizados en actividades mineras.
- Incentivos para el desarrollo de bienes y servicios tecnológicos innovadores en áreas como biotecnología, nanotecnología, inteligencia artificial y más.
- Mejores condiciones tributarias para empresas tecnológicas que inviertan en innovación.
- Promoción de la industrialización y procesamiento de hierro, acero y aleaciones.
- Beneficios fiscales para la producción de productos primarios y elaborados en la industria siderúrgica.
- Incentivos para la generación, almacenamiento, transporte y distribución de energía, incluyendo fuentes renovables.
- Exenciones impositivas para proyectos energéticos de gran envergadura, tanto en energías renovables como no renovables.
- Exenciones de derechos de importación para infraestructura relacionada con la explotación de hidrocarburos, petroquímica y gas natural licuado.
- Flexibilidad cambiaria para los proyectos de largo plazo y exenciones de derechos de exportación durante los primeros tres años.
Este requisito de un alto umbral de inversión tiene una doble función. Por un lado, asegura que los proyectos adheridos al régimen sean lo suficientemente grandes como para tener un impacto significativo en la economía. Por otro, prioriza inversiones de largo plazo que requieren una planificación y un compromiso sostenido, lo que es coherente con la visión de atraer capitales que generen empleo y crecimiento a largo plazo.
El hecho de que se haya establecido un plazo para la adhesión subraya la intención del Gobierno de incentivar un flujo de inversiones en un período concreto, lo que puede ayudar a dinamizar la economía en el corto y mediano plazo. Las empresas deberán presentar un plan detallado de inversión que contemple las etapas del proyecto, incluyendo el cronograma de inversiones y la estimación de los recursos que serán destinados a cada fase.
Otro beneficio clave es la devolución de saldos a favor de IVA en un plazo máximo de tres meses, lo que mejora el flujo de caja de las empresas, un aspecto crítico en los primeros años de un proyecto de gran envergadura. También se permite el cómputo del 100% del Impuesto sobre Débitos y Créditos Bancarios como crédito en Ganancias, lo que reduce la carga impositiva sobre las operaciones financieras de las empresas.
En cuanto a las importaciones, las empresas adheridas al RIGI estarán exentas del pago de derechos de importación por bienes de capital, repuestos, partes e insumos necesarios para llevar adelante el proyecto. Este es un incentivo importante, ya que reduce los costos iniciales de las inversiones, que suelen ser elevados en proyectos de infraestructura o industriales. Además, durante los primeros tres años del proyecto, las empresas estarán exentas del pago de derechos de exportación, lo que hace más competitiva su producción en los mercados internacionales.
Este alivio gradual tiene como objetivo proporcionar mayor flexibilidad financiera a las empresas en los primeros años de operación, cuando los proyectos suelen estar en fase de desarrollo y los ingresos todavía no alcanzan su máximo potencial. Además, en los casos de proyectos estratégicos de largo plazo, los plazos para la liquidación de divisas pueden ajustarse aún más, comenzando con un 20% luego del primer año de operación y aumentando progresivamente en los años siguientes.
El incumplimiento de estos requisitos puede llevar al cese de los beneficios, aunque este no tendrá efectos retroactivos, lo que significa que las empresas no tendrán que devolver los incentivos ya recibidos. Sin embargo, deben estar atentas a los plazos y condiciones para evitar la pérdida de los beneficios otorgados.
Con el RIGI, el Gobierno apunta a crear un entorno favorable para atraer grandes inversiones que puedan transformar sectores clave de la economía argentina. Al ofrecer incentivos fiscales, aduaneros y cambiarios, el régimen busca reducir las barreras para la inversión y asegurar un marco estable y predecible para el desarrollo de proyectos a largo plazo. Sin embargo, el éxito de este régimen dependerá en gran medida de la capacidad del país para atraer y retener estas inversiones en un contexto global cada vez más competitivo.
Compartinos tu opinión