
El consumo registró en marzo una leve caída del 0,3% en comparación con el mismo mes del año anterior, lo que refleja señales de moderación en las decisiones de compra de los hogares, según la canasta de consumo de la consultora Nielsen IQ. El dato confirma una desaceleración de la demanda en algunos rubros sensibles, en un contexto de estabilización económica y revisión de hábitos de consumo.
La contracción estuvo explicada fundamentalmente por la baja en el canal de bebidas, que retrocedió 2,7% en la comparación interanual. Dentro de este segmento, se destacó la caída del 10% en las ventas de bebidas alcohólicas, mientras que las bebidas no alcohólicas mostraron una leve mejora de 0,5%, lo que atenuó en parte la tendencia negativa del conjunto.
En contraste, el rubro de alimentos presentó un desempeño apenas positivo, con una variación de +0,5% respecto de marzo de 2024. El crecimiento fue impulsado principalmente por los alimentos no básicos, que subieron 1,9%, y las golosinas, con un alza de 2,2%. Sin embargo, la categoría de alimentos básicos —que suele ser más representativa en el gasto cotidiano— mostró una caída del 4,5%, reflejo de una demanda más contenida en productos esenciales.
Entre los segmentos que lograron un mejor desempeño, se ubicó el de cuidado personal y limpieza, con un crecimiento general de 4,1%. Dentro de este grupo, la cosmética y el tocador registraron un avance del 3,8%, mientras que los productos de limpieza para el hogar y la ropa aumentaron 4,9%, consolidándose como uno de los subrubros con mejor performance del período.
Los datos del mes reflejan un consumo más selectivo por parte de los hogares, con retrocesos en categorías sensibles al precio —como los alimentos básicos y las bebidas alcohólicas— y una mayor predisposición a sostener gastos en rubros asociados al bienestar o el mantenimiento del hogar.
Aunque el leve retroceso del consumo general no representa un cambio abrupto, sí confirma una tendencia de cautela que ya se venía observando en los primeros meses del año. En particular, el contraste entre la caída de los productos esenciales y el aumento en artículos no indispensables sugiere que parte de la población está reorganizando su canasta de consumo, posiblemente como respuesta a cambios en el poder adquisitivo o en las expectativas sobre la evolución de precios.
En tanto, la facturación creció 54,6% y el precio promedio ponderado aumentó 57,2%, frente a una inflación que subió de 55,9% en los últimos doce meses.
Canales de venta
El informe de Nielsen IQ señala que el canal perfumería fue el mayor incremento presentó en cuanto elección de compra con una suba de 13,3%, seguido por tradicionales (2,9%). En los kioscos cayó 0,6%, en cadenas 2% y en independientes, 3,2%.
La consultora Scentia, en su relevamiento, había registrado un dato menos alentador aún: según esta firma, el consumo masivo se contrajo en marzo 5,4% interanual y 8,6% en el acumulado del primer trimestre. La consultora resaltó que la comparación es contra un marzo de 2024 con Pascuas, mientras que este año cayeron en abril.
“Algunas canastas comienzan a mostrar signos de recuperación y otras continúan con una situación que, por ahora, ofrece más resistencia”, afirmaron desde Scentia.
El consumo en Alimentación creció 0,5% y Perecederos 1,2% interanual, a la vez que Bebidas con Alcohol se desplomó 18%, Bebidas sin Alcohol, 16%; Impulsivos, 15,6%; Higiene y Cosmética, 3,3%; Limpieza de Ropa y Hogar, 2%; y Desayuno y Merienda, 1,5%.
Por canales, los supermercados sufrieron una retracción de -7,1% y los autoservicios de -3,7%.
La variación entre categorías refleja no solo el impacto del contexto económico, sino también un reordenamiento de prioridades por parte de los hogares, que optan por reducir compras en bienes prescindibles mientras mantienen —aunque de forma contenida— el gasto en artículos vinculados al bienestar personal y el mantenimiento del hogar.
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