Alberto Fernández habló tras el balotaje que ungió a Javier Milei como su sucesor, con quien se reunió este martes. "No me siento responsable de la derrota", dijo el mandatario a un medio colombiano y auguró: "Ojalá que el nuevo presidente haga las cosas bien".
Fueron las primeras definiciones del actual jefe de Estado tras los resultados electorales negativos para Unión por la Patria, la fuerza política que integra junto al ministro de Economía y vencido candidato presidencial Sergio Massa y la vicepresidenta Cristina Kirchner. Fernández buscó un tono autocrítico ante la campaña oficialista. "Nuestro espacio debe replantearse cosas", deslizó, de acuerdo al anticipo de la entrevista que le brindó al canal de televisión colombiano NTN24.
"Lo que creo es que todo el espacio nuestro debe replantearse cosas que han ocurrido en los cuatro años y que cada uno vea la cuota de responsabilidad que le cabe. Lo que sí es evidente es que no hemos podido sintonizar con mucha gente del pueblo porque este es un gobierno que ha atravesado cuatro años de muchos problemas", dijo Fernández.
Acto seguido volvió a sus habituales excusas exógenas que impactaron en su gestión: la herencia de deuda e inflación de Mauricio Macri, la pandemia, la guerra y la sequía. "La verdad es que ante la adversidad que vivimos, tanta adversidad que nos tocó vivir, los resultados deberían ser más ponderables. Sin embargo, la falta de dólares que nos produjo la sequía potenció una inflación que heredamos de Macri. Macri nos dejó 54 puntos de inflación", intentó justificarse.
"No estoy buscando culpables, estoy llamando a la reflexión", insistió el Presidente, que este martes desayunó y debatió durante dos horas sobre la transición del Ejecutivo con el mandatario electo Javier Milei, en la Quinta de Olivos. De esa reunión no quiso abundar en detalles. “Los cambios en democracia deben ser siempre fáciles. Lo que hablé con él queda entre él y yo, obviamente", respondió Fernández.
Alberto Fernández, sobre la transición con Javier Milei: "No quiero ser un obstáculo"
La cronista del medio colombiano le marcó las "caras largas" que se vieron en las fotografías oficiales del convite en la residencia presidencial, pero Fernández le quitó peso al gesto.
"No, no, no creo que sean caras de... No, era una reunión institucional, era una reunión que reclamaba seriedad, pero fue una reunión cordial, fue una reunión amable", contrastó el Presidente y puntualizó: "Fue una reunión que se prolongó por más de dos horas, donde tocamos temas nacionales, temas internacionales, transmití algunas de mis experiencias, escuché algunos de sus pareceres y nos dimos opiniones mutuamente".
"Yo creo que fue una buena reunión, que en tiempos que la democracia más lo exige, para no hacer traumáticos los cambios. Los cambios en democracia deben ser simples, fáciles", aseveró el jefe de Estado hasta el 10 de diciembre.
Y abundó sobre la imagen. "La foto, bueno, es una foto que es meramente institucional y que, nada, repite eso. Y obviamente no pensamos igual, claramente no pensamos igual, pensamos muy distinto", dijo Fernández.
"No estoy para dar consejos", refutó cuando le consultaron sobre el diálogo con Milei. "Le hice mis vivencias, mis experiencias como presidente, mi mirada sobre el presente, nacional e internacionalmente hablando. Me parece, yo creo que fue una buena reunión", abundó.
No obstante, dejó un mensaje componedor. “Ojalá que el nuevo presidente haga las cosas bien. No comparto muchas de sus miradas, pero si le va bien, le va bien a la Argentina. No quiero ser un obstáculo”, finalizó.
El futuro de Alberto Fernández, en Europa: "Posiblemente aproveche para tomar distancia"
De lo que sí dio indicios es de su futuro después del 10 de diciembre, cuando deje la Casa Rosada y el poder. Alberto Fernández se imagina tomando "distancia" en Europa.
“Probablemente viaje a España porque tengo algunas ofertas de universidades allá. Posiblemente aproveche para tomar distancia y dejar que el nuevo presidente trabaje”, puntualizó Fernández.
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