En algunas provincias el voto en blanco en las PASO presidenciales duplicó o triplicó el promedio nacional. Las grandes diferencias generaron dudas sobre si el voto expresó realmente la voluntad popular en esos distritos y algunos especialistas apuntan a fallas en el sistema electoral: fundamentalmente el funcionamiento de la boleta de papel.
A nivel nacional en la categoría presidencial, el voto en blanco quedó cuarto, por encima de Nicolás Del Caño, del Frente de Izquierda y de los Trabajadores. El 3,4% de los electores decidió no meter ninguna boleta presidencial en el sobre, mientras que el 2,9% eligió al candidato del FIT.
En algunas provincias no fue la cuarta opción sino la tercera. El caso más llamativo es el de Santa Cruz, donde un 19% -o sea, uno de cada cinco- no eligió candidato a presidente. Ahí los votos en blanco tuvieron un virtual empate con la fórmula de Macri-Pichetto que quedó segunda, por solo 216 votos.
En Catamarca, el 13% de los votos válidos fueron en blanco, opción que quedó tercera en la provincia entre las candidaturas presidenciales.
En Chaco y Neuquén el voto en blanco también quedó tercero en ambos casos con un 8% de los votos válidos. En ambas provincias se dio la misma particularidad: el espacio del gobernador llevaba \"boleta corta\"; es decir, presentaban boletas de candidatos a diputados o senadores, que no iban adosadas a ningún candidato a presidente.
En promedio, el voto en blanco para la elección presidencial fue del 4% en cada provincia. La distancia entre ese valor y lo que se registró en Santa Cruz, Catamarca, Chaco y Neuquén llama la atención: ¿Realmente los habitantes a esas provincias están enojados con los candidatos a presidente y elijen no votar a ninguno?
Qué pasó en Santa Cruz. Se elegía gobernador y diputados provinciales el mismo día que había primarias presidenciales y para diputados nacionales. Pero la boleta de candidatos nacionales fue separada de la de los candidatos provinciales, por orden de la justicia electoral. Eso implicaba que en la práctica que el votante tenía que votar aparte en cada categoría (nacional y provincial).
De hecho, al mirar otras categorías de la elección (y no solo la presidencial), la que tiene más voto en blanco es la de diputados nacionales de Santa Cruz, donde uno de cada 3 eligió esa opción.
\"Es un caso riesgoso, ya que la voluntad popular no se está expresando por una confusión técnica en el armado de las boletas. O sea, hubo gente que votó en blanco para determinadas categorías de la elección por confusión, no por voluntad real. Ese es el riesgo\", opinó Facundo Nejamkis, consultor político y director de Opina Argentina.
A su vez, el politólogo Andy Tow sostuvo: \"Todo esto obligó a los votantes a efectuar dos selecciones dentro del cuarto oscuro y resultó en niveles inéditos de voto en blanco en las categorías nacionales respecto a las locales, a contramano de la tendencia general en simultaneidad en el distrito y en el país\".
¿Y qué pasó en las otras provincias? Algunos partidos provinciales fueron con la llamada \"boleta corta\": presentaron candidatos a diputados o senadores sin oferta en el tramo presidencial. Los mismo sucedió al revés: en algunas provincias, los candidatos presidenciales no llevaron candidatos para los cargos legislativos locales. \"Eso dificultó a muchos votantes para expresar una preferencia en todas las categorías\", sostuvo Tow.
Eso pasó en Río Negro, cuya elección para senadores nacionales tuvo un 22% de votos en blanco y la de diputados, un 14%. Allí, Juntos por el Cambio no presentó candidatos a senadores, pero sí a diputados y presidente. A su vez, la fuerza del gobierno provincial, Juntos Somos Río Negro, se llevó gran porción de los votos en las legislativas, pero sin candidato a presidente.
Otras provincias donde también sucedió este fenómeno fueron Chubut, Misiones, Neuquén y Córdoba, en las que las fuerzas locales fueron con \"boleta corta\".
El sistema de emisión del voto basado en boletas de papel es objeto de controversia en cada elección. Existen distintas alternativas para reemplazarlo como la boleta única o la boleta electrónica que podrían solucionar algunos de estos problemas, a riesgo de producir otros. Es el Congreso argentino el que puede debatir para solucionarlo.
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